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n/a: se viene mucho salseo, o sea, drama

La reunión no tuvo otro tema que no fuesen la Gente del Cielo. Para los embajadores, que Proripa y Praimheda hayan secuestrado y colgado a uno de ellos para darles una advertencia no fue suficiente. Ellos querían más, mucho más.

Le sorprendían lo asustadizos que podrían ser los embajadores. Habían sido escogidos por ser despiadados, crueles y sin ni una pizca de miedo. Pero, los embajadores mandaban los recados de sus pueblos y villas. El verdadero miedo estaba en las distintas poblaciones repartidas entre los doce clanes. Familias que no tienen ningún índole violento, y quienes se dedican a cultivar y criar animales para su propia supervivencia.

Es por eso, que intentó todo de sí para entender a todos y cada uno de los ciudadanos. Los que no parecen importarles el asunto era la Nación de Hielo. No podían evitarlo, no les interesaba nadie que no fuesen ellos mismos.

Para el final de la reunión, Lexa pensó que se iba a quedar en su habitación, pero Skyler le dijo que tenía un par de cosas por resolver. Iría a espiar al campamento y memorizar cada uno de los puntos débiles, tanto de este como los habitantes.

Partió con Fio y Quint hacia Tondc. Fueron acompañados por una camada de felinos de todo tipo, para protegerlos.

Caminaban con tranquilidad hasta que Royal se detuvo a olfatear el aire. Se comunicó mediante gruñidos con la manada. Tenían otro rastro, totalmente desconocido.

Los felinos comenzaron a caminar. Se dio cuenta de que los pumas y las panteras se acercaron, como siempre acechan a su presa. Estaban acechando algo. Les siguieron el rastro, mientras guardaban el mayor silencio posible.

Comenzaron a escuchar gritos, así que optaron por esconderse. Subieron a los árboles, pero en medio de la lluvia no se podía ver nada, aunque estaban un  tanto lejos, debido a la luz del fuego, podían ser descubiertos. Los felinos, por otro lado, se mantuvieron agachados entre el césped y los arbustos, si no fuesen porque entre ellos hay animales albinos y con manchas de la radiación, pasarían totalmente desapercibidos.

No, me equivoqué antes. Tenías razón. —se escuchó la voz de una mujer— A veces es peligroso decirle la verdad a la gente. Pero si vamos a sobrevivir aquí...

—Son ellos. —dijo Fio, bajándose del árbol, y Quint le siguió de inmediato— Tenemos que ir.

—Ni se te ocurra, Fio. —habló Skyler, también bajándose del árbol— No sabemos cuántos son. ¿Y si tienen armas de Hombres de la Montaña?

—No necesitamos armas.

Fio comenzó a caminar hacia donde venían las voces. Su odio por la gente que había venido a quitarles el territorio crecía cada vez más. Skyler lo detuvo empujándolo para que se cayera, y así comenzar con una leve pelea. Y los felinos no se movían porque esperaban una directa orden de su líder, y ella se negó.

—¿Qué crees que haces? —preguntó su amigo.

—Mantente callado. —ordenó, para poder escuchar toda la conversación.

Lo desterramos. —habló otra vez la chica, causando silencio— ¡Bellamy! ¡Alto!

Luego de otro intercambio de palabras por parte de Bellamy las antorchas comenzaron a alejarse. Por cosa de suerte no lograron ver a Skyler, Quint y Fio, al igual que los animales. Sin embargo, después de que el grupo desapareció comenzaron a sentir otros pasos. Se escondieron detrás de un arbusto, para ver a un muchacho caminar desorientado. Fio fue el primero que se levantó, sin darle tiempo a Skyler para reaccionar, tacleó al muchacho y luego de eso lo noqueó, dejándolo inconsciente.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora