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MARATÓN 2/3
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Sin decir nada más, volvió a Polis en compañía de su familia, Katherine y Blake incluidos

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Sin decir nada más, volvió a Polis en compañía de su familia, Katherine y Blake incluidos. Se dedicaron a ayudar a los heridos de Trikru gracias a Azgeda.

Polis era un completo caos. Lleno de heridos, gente que peleaba defendiendo a Skyler, etc. Gracias a sus hermanos lograron sacar a toda su gente de las aldeas, protegiéndolos en la capital.

Después de que se le prohibiera la entrada a Azgeda, los guardias de la Comandante estaban felices de poder echarlos. La coalición estaba rota, pero aún así intentaban mantenerla en pie lo más que se podía.

El día no se encontraba para nada bueno. Las nubes oscuras tapaban el bonito cielo de la Tierra. El mercado de Polis estaba casi sin vida, ya que cada vez tenían menos cosas para ofrecer.

¿Sacarás a Azgeda de la coalición? —preguntó Selina.

Es lo más probable.

Los cuatro recorrían el mercado, viendo como la gente trabajaba a pesar de todo. Los niños jugaban con la tierra, todos manchados y con espadas de madera. Le daba ternura.

Comenzó a llover.

Al principio todo se encontraba bien, hasta que, los niños que antes jugaban con sus espadas, ahora gritaban de dolor. La gente gritaba despavorida, llena de miedo.

Skyler no podía sentir nada y, al parecer, su familia biológica tampoco.

Praimfaya. —murmuró Skyler— ¡Todos adentro del edificio! ¡Ahora! ¡Corran! ¡Corran!

Todos comenzaron a correr hacia la torre, a cubrirse. Tomaron pieles de los puestos para poder protegerse, mientras Skyler y su familia ayudaban a aquellos que no eran inmunes a la lluvia ácida, la mayoría de todos.

—¡Indra! ¡Indra! —gritó desesperada.

Indra estaba debajo del techo, tapada con una chaqueta, ayudando y apurando al resto. Ezra y Rhyan intentaban mantener la calma, entregando mantas, pieles, telas, lo que sea para protegerse de la lluvia. No vio al resto de sus hermanos, pero rezaba para que estuvieran a salvo.

—¿Cómo esto es posible? —preguntó Selina bajo la lluvia.

¡Comandante! ¡Venga rápido! —gritaron los guardias.

Skyler corrió apresurada hacia donde la llamaban. Un niño estaba gritando desesperadamente, con muchas manchas en su cuerpo. Su dolor se traspasó a Skyler, quien temía por aquel pobre niño inocente.

¡Agua! ¡Traigan agua! —ordenó.

Ryder y Penn llevaron cubetas de agua. Skyler limpió al niño cuidadosamente, pero aún así se quejaba en el proceso. El resto se quitó sus prendas y se mojaron, deteniendo las quemaduras.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora