𝐅𝐄𝐋𝐈𝐃𝐀𝐄 | 𝚃𝙷𝙴 𝙷𝚄𝙽𝙳𝚁𝙴𝙳 𝙵𝙰𝙽𝙵𝙸𝙲𝚃𝙸𝙾𝙽
Tener más de un hijo en el Arca estaba totalmente prohibido, pero no era culpa de uno/a que fuesen gemelos... o gemelas, en este caso.
Lo que no te mata te hace fuerte, en este caso, si la...
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Una nave aterrizó en el bosque. De esta salieron Echo, Emori, Monty, Harper y Bellamy. Estaban a punto de morir, si no fuese porque una lanza se atravesó en el camino de uno, y flechas en el camino del otro. Madi, Lexa y Lincoln salieron del bosque, mirando al resto del grupo.
—Son solo niños —dijo Bellamy.
—¿Bellamy? —preguntó Madi.
Los dos niños alzaron la mirada, encontrándose con el resto. Cada uno vio los ojos de ambos.
Los ojos de Skyler. Pensaron al unísono.
—Clarke sabía que vendrías.
—¿Clarke está viva? —preguntó anonadado.
—Ella y Skyler —respondió, y el corazón de Bellamy se detuvo.
Skyler está viva.
Echo lo miró por un segundo, algo preocupada. Si Skyler estaba viva, podía ser su fin, ya que estaba aliada con Octavia.
—Están en problemas. Tenemos que ir.
—¿Qué hay de los otros en el búnker? —preguntó Monty.
—Siguen allí.
—¿Qué? No. No. ¿Cómo puede ser?
—Lo explicaré por el camino —continuó, llevándose a Bellamy de la mano.
Bellamy no dejaba de mirar a aquellos dos niños, quienes lideraban el camino un poco más adelante que Madi. Hablaban en su idioma natal, y Bellamy podía entenderles gracias a la que era su novia. Decían que su madre estaba en problemas, y que debían salvarla. Que tenían que ser los guerreros que ella crió. Decían que tenían que hacerle honor a sus nombres. Estaban emocionados, ya que al fin tenían algo de acción. Heredaron eso de su madre, las ganas de pelear por lo que es justo.
Clarke y Skyler fueron aventadas de la escalera, la castaña sobre la rubia. Tenían un collar metálico en su cuello, que intentaron quitárselo.
—No haría eso si fuera ustedes. No quieren quemarse los dedos —habló el hombre, comenzando la corriente eléctrica.
Clarke cayó al suelo, pero Skyler reconoció el dolor. Era un tanto menor a la vez que Raven la electrocutó por proteger a su hermano, así que casi no le costó acostumbrarse. Se levantó, pero fue dada otra vez. Con su pierna derribó al hombre y lo ahorcó, pero ahora le dieron con la máxima potencia, dejándola casi inconsciente.
Luego, dentro de su ser, sintió como algo –o alguien– le daba de su poder. Volvió a reincorporarse, con la corriente sin poder casi lastimarla.
—No estaba mintiendo —dijo Clarke.
—Dales otra vez.
Otra corriente eléctrica paso por sus cuellos, y ambas se retorcían en el suelo. Skyler se retorcía por las corrientes, y el poder que los Comandantes le estaban dando.
