2.2

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Los guardias alzaron sus rifles detrás de aquel líder que se paró frente a todos. Skyler levantó su espada, para no quedar desprotegida. Bellamy interceptó otra vez, protegiendo a la terrestre con su cuerpo.

—¡Hey, deténganse! Es una aliada, ¿de acuerdo? Es mi novia —aseguró.

—Es una terrestre —aseguró el hombre.

—Es inofensiva —contraatacó.

Por ahora —murmuró Skyler, ganando una mirada de Bellamy, ordenando que hiciera silencio—. ¿Quiénes son ustedes?

Aquel tono demandante que utilizó no fue para nada agradable para aquellos hombres. Una mujer avanzó entre todos, quedando igual de impactada como su compañero de antes.

—¿Disculpa? —preguntó ofendido— ¿Quién te crees que eres?

—Marcus —habló la mujer—. Nosotros somos los invasores. Ella está protegiendo sus tierras.

—No me importa —habló el hombre llamado Marcus—. Somos la guardia contra ella.

—Skyler, no lo hagas —murmuró Bellamy hacia la chica.

Colocó dos de sus dedos en su boca, doblando su lengua. Silbó fuertemente, un silbido grave y otro un poco más agudo. Comenzaron a escucharse choques de las hojas, sonidos de pisadas. Desde las sombras de los arbustos, aparecieron sus sobrevivientes. Comenzaron a gruñir, viendo cómo la seguridad de su ama estaba comprometida.

Todos los guardias se colocaron en posición estratégicamente, apuntando todos sus rifles.

—No me obligues a hacer esto, terrestre —habló Marcus.

—¡No! ¡Esperen! —pidió Bellamy— Déjamelo a mí.

Se acercó a Skyler, acariciando su mejilla izquierda. La pelirroja cambió la dirección de sus ojos, a los de él.

—Cálmate, ahora —le pidió—. Es todo lo que queda del Arca, Skyler. Por favor.

—Esas personas son las que mataron a tu madre. Las que encerraron a tu hermana —murmuró, furiosa—. Las que me enviaron aquí.

—Lo sé, y lo siento —susurró—. Pero no lo hagas.

Suspiró, mirando hacia el suelo. Negó con la cabeza, apretando sus puños con enojo. ¿Cómo es que él era tan capaz de convencerle de no atacar?

Deténganse —ordenó a sus animales, quienes dejaron de gruñir.

Bellamy tomó espacio, confiando en su palabra. Iba a hablar, hasta que unos aullidos hacia el oeste hicieron a todos los presentes girar en esa dirección.

—¿Qué es? —preguntó Finn— ¡Skyler! ¿Qué es?

—Váyanse —habló en el mismo idioma, por primera vez alzando la voz para que todos le escucharan—. ¡Váyanse, ahora! ¡Ve a la nave, estarán a salvo!

—¡Skyler! —gritó Bellamy, mientras Finn y sus otros amigos lo empujaban para llevárselo. Los empujó de vuelta, corriendo hacia ella— ¡Skyler, vámonos!

—No, tengo que distraerlos —contraatacó—. Vete, Bellamy. Mientras puedas.

Entre los guardias se lo llevaron, mientras seguía quejándose. Cuando apenas desaparecieron, los lobos llegaron, junto con Cora.

—Vaya, hermana —habló Cora—. Saliste de tu escondite.

—No hay escondite, Cora —exclamó, preparando su espada—. Terminemos con esto.

𝑭𝑬𝑳𝑰𝑫𝑨𝑬: 𝑇𝐻𝐸 𝐻𝑈𝑁𝐷𝑅𝐸𝐷 | 𝐁.𝐁Where stories live. Discover now