Salgamos de aquí

1.8K 331 56
                                    

Para el príncipe YoonGi, su hermano menor era el ser más adorable del mundo. No tenía magia como él, porque YoonGi había interrumpido el embarazo de su madre salvándole la vida. JiHoon lo amaba por haberlo hecho, porque gracias a eso él había sido criado por una mujer buena. Su padre le odiaba por eso, porque tener un hijo era complicado para los cazadragones tanto como para los dragones. YoonGi le había quitado la oportunidad de tener otro descendiente como el primero. Casi le odiaba más por eso que por su orientación sexual.

- Por los dioses, hijo mío. - Su padre creía que le había hecho a su hermano por dos motivos. Uno, para poder ser, indiscutiblemente, el más poderoso de sus hijos y dos, para poder seguir siendo mimado por la madre de su hermano que, desde que le conocía, le trataba como a un hijo.

- Hola, madre. - Forzó una sonrisa.

- ¿Qué te ha hecho ese desgraciado? - La mujer tenía ahora 93 años, porque JiHoon tenía ya 67. Claro que, ella era completamente humana, a diferencia de su hijo biológico, que no aparentaba más de 16 años. Ella odiaba al que había sido su pareja y tenía más motivos que nadie para hacerlo. Su plan era dejarla morir a sabiendas de que podía salvarla. Torturaba a uno de sus hijos por algo tan simple como su condición sexual. Y le había tenido encerrada en aquel lugar sólo porque no quería que nadie más se le acercara a una mujer que había sido suya, a la que nunca había amado y a la que despreciaba por seguir viva. Además, él opinaba que estaba haciendo de su hijo menor un debilucho, pero eso no le importaba ya. Desde el día en que había nacido sin poder alguno, el rey cazadragones del norte no había considerado a JiHoon como a un hijo y, por lo tanto, como a un heredero al que criar y enseñar. Lo que al menor, ciertamente, le había venido muy bien para tener una vida mucho más tranquila que la de su hermano mayor. En realidad, sólo había una razón por la que no les había matado ya. Porque, de esa manera, manteniéndoles vivos pero encerrados, podía hacer que YoonGi hiciera lo que él quería. Chantajeándole y usándole como a una marioneta.

- Estoy bien. - Aseguró. - No puede hacerme más daño del que ya me ha hecho. - Intentó incorporarse, JiHoon le ayudó. - ¿Dónde está? - Preguntó. - El humano que venía conmigo.

- Debe estar en las celdas de abajo si el rey no le ha matado. - Pronunció su hermano.

- ¿En que pensabas trayéndole aquí, YoonGi? - Le preguntó la anciana mujer. - Sabes que tu padre jamás entenderá tu orientación sexual.

- No es mi pareja, madre. - La corrigió. - Le he traído por otra razón. Sabía que padre pondría inconvenientes, pero no creí que diera por hecho que me lo he tirado sin tener ninguna evidencia. - Hizo un gesto de dolor al caminar. - Por lo visto todos lo habéis pensado. - ¿Acaso creéis que me siento sexualmente atraído por cada hombre que veo? - Preguntó ofendido. Estaba harto por la forma en la que todo el mundo le juzgaba.

- Perdona, hijo. Sólo es que...por lo que he oído, el chico es bastante atractivo. - Le miró con una sonrisa ladina.

- No sé... - La verdad, tampoco se había fijado demasiado en el atractivo de TaeHyung, quizá porque estaba preocupado por lo que iba a pasar, o quizá porque había ocupado esa parte de su cerebro con otra persona. Alejó ese pensamiento por el momento. - Eso me da igual.

- ¿Entonces por qué le has traído aquí, hermano? - Le preguntó el menor.

- Porque va a ayudarme a sacaros de aquí. - Reveló. - No volveremos jamás.

- ¿Qué? ¿Estás loco? - Expresó la mujer. - Tu padre nunca lo permitirá. Nos perseguirá hasta el fin del mundo.

- Ahora hay una oportunidad. Tengo...aliados. Bueno, más o menos. - Anunció.

El Reino De Los Dragones [BTS]Where stories live. Discover now