El Reino De Los Dragones [BTS]

Lo que en verdad somos

- No es cierto. - Pronunció el cazadragones.

- Es la verdad. - En la voz del rey había determinación pero también comprensión.

- No puede ser. No tiene sentido. - Volvió a decir negándose a creer. Entonces YoonGi negó aturdido y salió corriendo de la sala.

- ¡Para, YoonGi! ¡Te perderás! - Le gritó HoSeok. Pero él no hizo caso, obligando al rey y al príncipe a correr tras él. Le perdieron en una ocasión pero finalmente pudieron encontrarle agazapado en el suelo de un callejón sin salida del laberinto. Tenía la mano sobre el pecho, respiraba con dificultad y mantenía la vista al frente sin poder ver nada. - Tranquilo. - Le habló HoSeok poniéndose a su altura e intentando consolarle. Entendía que debía ser un duro golpe para él, pero ¿tanto odiaba ser un dragón como para ponerse así? - Nada de eso cambia quien eres. - Aseguró, pero YoonGi no parecía estar escuchándole.

- Si... si eso es cierto... - Su voz sonó débil. - ¿Por... por qué habrían de castigarme por ser como soy? - Dijo de pronto.

- ¿A qué te refieres, YoonGi?

- ¿Por qué castigarían a un dragón por amar a un hombre? - El cazadragones intentaba pedirle explicaciones por lo que había tenido que sufrir toda su vida, pero HoSeok no comprendía nada de lo que quería decirle.

- ¿De qué hablas? Eso no tiene sentido. - Eso era justamente lo que había dicho YoonGi. Nada tenía sentido para él ahora.

- Los humanos siempre buscaron razones para odiarnos. - Comenzó a decir Jin, quien sí parecía haber leído entre líneas y comprendido medianamente al cazador blanco. - Nuestra homosexualidad era una de ellas, pues muchas de sus culturas y religiones la han considerado una aberración desde tiempo atrás.

- Nuestra especie no tiene hembras como la suya, es la manera que tenemos de reproducirnos. ¿Por qué habrían de odiarnos por ello?

- Esa es justamente la pregunta que se está haciendo YoonGi. - Explicó el rey. - Al transformarse en un cazadragón, se adquiere la cualidad humana de procrear con una hembra, pero no se pierde la posibilidad de aparearse con un igual y tener descendencia. Si los cazadragones querían eliminar a los dragones debían aliarse con los humanos y, para ello, los humanos exigieron que la homosexualidad fuera condenada. A cambio, los humanos les entregaron mujeres a los cazadragones para perpetuar su especie, porque sabían que no podrían vencer sin ellos. En muy pocas generaciones, se ocultó el hecho de que los cazadragones pudieran procrear entre ellos penando a cualquiera que cometiera tal acto. - Narró el dragón dorado. mientras YoonGi permanecía en la misma posición, sin escuchar ni decir nada y con la mirada perdida. - Hijo, mío. - Se dirigió a HoSeok. - Puedes condenar una acción, pero no puedes negar una naturaleza. Todos los cazadragones son adoctrinados para considerar la homosexualidad como un pecado, pero no todos pueden evitar el hecho de que originalmente fueron creados para unirse a alguien de su mismo género.

- YoonGi... ¿tú? - Entonces lo entendió también. - Tu espalda. - Él también había visto las horribles marcas de latigazos mientras le había acompañado en la enfermería. - Es por eso. - Comprendió. Al fin YoonGi enfocó la vista y le miró.

- No lo entiendo. - Pronunció. - ¿Quién se supone que soy? ¿A quién debo amar? - Le preguntó, como si de verdad esperara que HoSeok le diese una respuesta para poder acabar con su sufrimiento y su confusión. - Yo no quiero que me hagas más daño. Haré lo que quieran.

- Hey. - Acarició su pelo. - Estás a salvo aquí. Puedes hacer lo que quieras y amar a quien quieras. Nadie va a juzgarte ni a castigarte por ello. - Le miró con aún más confusión, como si lo que HoSeok decía fuera imposible. - Vamos. - Le tomó del brazo y le ayudó a incorporarse. - Te ayudaré a llegar a tu habitación. - Jin observó la escena con un sentimiento entremezclado de felicidad, tristeza y orgullo de padre.