Vida

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- ¿TaeMin...? - Pronunció el dragón de zafiro acercándose a la cama. - ¿Me oyes, amor?

- JiMin, hijo mío. Sal de la habitación. - Le pidió el rey regente.

- ¡Cállese, padre! - Gritó haciendo que más de uno de los presentes quedara helado y el bebé que estaba en brazos del rey llorara.

- Alteza. - JungKook se colocó tras él y le sostuvo el brazo. - Alteza, por favor.

- Suéltame. - Se deshizo de él y intentó avanzar de nuevo. Pero el general de fuego volvió a cogerle, esta vez con más fuerza, intentando que se retirara de la habitación.

- Vamos, JiMin. No tienes por qué ver esto. - Se compadeció de su amigo.

- ¡He dicho que me sueltes! - Gritó enfurecido. Y justo después, una corriente eléctrica, procedente del poder del dragón de zafiro hizo que JungKook saliera despedido y se estrellara contra la pared detrás suya por la descarga.

- ¡JungKook! - TaeHyung se precipitó hacia él para socorrerle. El pequeño recién nacido no dejaba de llorar por mucho que su abuelo intentara consolarlo.

- Estoy bien. - Pronunció débilmente. No estaba del todo bien, eso estaba claro, pero si alguien podía sobrevivir a eso era el dragón escarlata. TaeHyung le incorporó y le sentó con la espalda contra la pared mientras JiMin terminaba de ponerse sobre la cama, junto al lado de su compañero y acariciando su rostro. Su piel estaba caliente aún, pero podía sentir como su vida se escapaba. HoSeok permanecía al otro lado, sosteniendo la mano de TaeMin y llorando al mismo tiempo. Su mano tembló cuando llevó los dedos a su cuello.

- JiMin. - Habló su hermano mayor. - Su corazón ya no...

- No es cierto. - Le interrumpió. - No puede serlo. - Tuvo que comprobar él mismo que era incapaz de encontrarle el pulso. - Aparta. - Dijo de repente a su hermano. Se miró la mano y de entre sus dedos empezaron a salir chispas.

- JiMin, eso no funcionó cuando murió tu padre. - Le recordó Jin. Aquella vez había sido difícil para todos porque les había dado esperanzas de que el rey Ken, el gran dragón celestial, sobreviviera. Jin no quería que su hijo pasara por lo mismo otra vez. Ya tenía demasiado con perder a su pareja.

- ¿Y por eso debería no intentarlo? - Pronunció el dragón dolido.

- Ahora no controlas bien tu poder. - Añadió. - Mira lo que le has hecho a JungKook. - Entonces JiMin giró la cabeza y vio a su amigo que aún sufría las consecuencia de su descontrol. No lo había hecho queriendo. Él jamás haría daño a JungKook, quien era su mejor amigo desde hacía décadas.

- Yo... - Dudó de sí mismo. Recibir su poder de esa forma era similar a que ser atravesadp por un rayo. Pero, entre toda su confusión, encontró un aliado inesperado.

- Morirá de todas formas si no haces nada. - Habló el cazador blanco. - ¿Qué mal puedes hacer? - Opinó. - No pierdes nada por intentarlo pero no serás capaz de vivir con la idea de poder haberlo salvado.

- Si no controla su poder, simplemente freirá su cuerpo. - Habló Jin intentando poner cordura en todo aquello, el bebé en sus brazos parecía calmarse un poco.

- No lo hará. - Afirmó HoSeok cogiendo la mano inerte de TaeMin. - Te controlarás para no hacerme daño.

- ¿Qué haces? - Expresó YoonGi. Más de uno pensó que el cazadragones se había tomado muchas confianzas hablandole así al príncipe HoSeok, pero nadie dijo nada. - Si le tomas la mano quedarás electrocutado también.

- Sé que no me pasará nada. - HoSeok sonrió a su hermano. - Además, mi poder ayudará a TaeMin a luchar para sobrevivir. Lo sé. - Expresó. JiMin asintió y sus dedos siguieron echando chipas azules.

El Reino De Los Dragones [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora