Dragón sombrío

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HoSeok no era consciente de su alrededor. ¿Había suelo bajo él? ¿Había cielo por encima de su cabeza? Si hubiera abierto los ojos también le habría costado responder a esas preguntas. Pero, aún así, los mantenía cerrados con fuerza. Ni un sonido, ni un olor. No había nada allí. Ni siquiera era capaz de percibir el paso del tiempo. Sentía que llevaba una eternidad en ese lugar. Pero no tenía hambre, ni sed, ni sueño. Lo único de lo que HoSeok era vagamente consciente era de su propia existencia y de la del bebé que crecía en su interior de manera desvocada. Su poder estaba haciendo eso. Un poder incrementado que también sentía en su interior. Un poder que no comprendía porque la única vida cerca de él era la suya misma y la de su hijo. No podía ver las flores crecer a su alrededor. Allí no había nada. ¿El rey de las sombras había condenado a su bebé a nacer allí? La costumbre y la oscuridad hacían que HoSeok ya no sintiera miedo realmente. Sólo una profunda tristeza que le consumía y le impedía querer moverse. Encogido en posición fetal, agarrando su vientre, esperaba pacientemente alguna señal que le despertara del letargo que sentía. Mientras tanto, no tenía fuerzas para hacer otra cosa que dejarse arrastrar por él.

~  ~  ~

¿Estaban avanzando? ¿Ganando, tal vez? Las sombras eran muchas ahora, pero no tan fuertes como lo era la primera. Estaban consiguiendo que retrocedieran y ya estaban casi en la salida de la cueva. Esos seres etereos y oscuros danzaban a su alrededor y protegían a su señor quien retrocedía ante la furia de los dragones. Especialmente la de YoonGi, quien transformado, estaba llenando la cueva de hielo lo que hacía retroceder al rey cazadragones incluso si todo un ejercito de sombras intentaba impedírselo. Las sombras se aferraban a él intentado arrancar las escamas de su piel. Era difícil quitárselas de encima. Eran capaces de hacerse sólidas para atacar y justo después convertirse en algo similar al humo, que las hacía completamente invulnerables a los ataques físicos. Una de ellas había volado hasta el rostro del dragón con la intención de dejarle ciego. Pero el hielo la había hecho retroceder.

El tiempo era fundamental. Tenían que darse prisa pues no sabían en qué condiciones se encontraba HoSeok. Por eso, la batalla se hizo una tortura lenta. Al fin vieron la luz de la salida, si conseguían sacarles, todos los dragones podrían transformarse y utilizar su verdadero poder. YoonGi rugió con fuerza al verse victorioso. Las sombras eran como un montón de hormigas mordiéndole, pero podía resistirlo y pronto llegarían a la abrasadora luz del desierto con la esperanza de que las sombras desaparecieran o se debilitaran. Un último esfuerzo antes de capturar a su padre y obligarle a que liberara a HoSeok del mundo de las sombras. Lanzó una gran lengua de hielo y su padre la esquivó a duras penas. Tampoco podía congelarle y matarle porque HoSeok se quedaría atrapado para siempre en ese horrible lugar. El rey cazadragones del norte retrocedió los últimos pasos y puso un pie fuera de la cueva. Las sombras desaparecieron. Luego los dragones se alinearon y se transformaron. Oro, zafiro, piedra y fuego se unieron al hielo. Ahora las escamas de cuerpos enormes relucían bajo el ardiente sol. Permanecieron quietos, espectantes y acechantes.

- Ríndete. - Pronunció el rey dragón. - Tus sombras ya no te ayudarán más. ¡Devuélveme a mi hijo! - Le gritó dejando ver lo deseperado que estaba. El rey cazadragones jadeó frente a las cinco enormidades durante un momento. Luego, hizo algo con lo que todos quedaron estupefactos: se echó a reír a carcajadas.

- ¡Idiotas! - Bramó sin para de reír. - Idiotas todos vosotros. - Un fino humo negro empezó a rodear al rey cazadragones. - ¿Creeis que mi poder sólo funciona dentro de la cueva? ¿Dónde no hay luz alguna? - Siguió riendo mientras el humo a su alrededor se hacía más denso y más grande. Eran las sombras que le rodeaban. - Necios. Cuanto más brillante es la luz, más oscura es la sombra que se proyecta. - Su sonrisa se volvió retorcida y siniestra. Las sombras le envolvieron y le alzaron en el aire. Cada vez eran más y la masa que le envolvía era más grande. Uniéndose unas a otras parecían estar formando una figura. Se estaba volviendo algo gigantesto, pronto fue más grande que cualquiera de los dragones allí presentes y no muchos segundos más tarde pudieron adivinar lo que era.

El Reino De Los Dragones [BTS]Where stories live. Discover now