Felicidad subjetiva

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Despertó como si le hubieran propinado una brutal paliza. Desorientado por despertar tras un largo sueño, no supo ni donde estaba. No se incorporó, pero miró a su alrededor con los ojos medio cerrado. Finalmente reconoció la habitación. Se relajó por completo. Estaba en su cama. Rodeado de objetos que conocía, con un clima y un olor tan conocidos que les resultaba difícil detectarlos. Intentó pensar en cómo había llegado hasta allí. Al principio no le dio mucha importancia, pero no recordaba cómo se había acostado la noche anterior. ¿Qué había cenado? Tenía hambre, tanta como si tuviera un agujero en el estómago. Un agujero en el estómago... Su cuerpo sintió un escalofrío. Una imagen de pesadilla llegó a su mente. Tardó unos segundos en poner en orden sus pensamientos y en distinguir lo que era sueño de lo que había sido la realidad.

- ¡TaeHyung! - Se incorporó violentamente en la cama y se mareó terriblemente. Nunca se había sentido tan débil. Era como si algo hubiera absorbido toda su energía y vitalidad.

- No hagas movimientos bruscos. - Reconoció la voz. Era JiMin. Las manos del príncipe se apoyaron en los hombros del dragón de fuego y le obligaron a recostarse con suavidad.

- TaeHyung... - Dijo a media voz. Entre el mareo y que al fin lo había recordado todo, no pudo seguir articulando palabras. Se quedaron atascadas en el nudo de su garganta. Debía haberse desmallado por el shock. No pudo evitar las lágrimas. Calleron por sus mejillas sin avisar como torrentes. TaeHyung no podía haber sobrevivido a esa herida. Era tal la desolación que sentía que notaba el dolor físicamente, en cada fibra de su cuerpo, pero sobretodo en su pecho.

- TaeHyung está vivo. - Anunció JiMin sin mucha efusividad. JungKook miró a su amigo sin creerlo. - Se va a poner bien. - El general no detuvo sus lágrimas, pero ahora eran de felicidad. - Él está descansando y tú deberías hacer lo mismo. JungKook hizo el amago de levantarse, pero ni pudo ni JiMin le dejó hacerlo. - Aún no.

- Tengo que verle.

- Está descansando. Y tu deberías hacer lo mismo. Casi no puedes ni moverte. - Observó JiMin. - Duerme. - Sonó casi como una orden. - Después haré que te traigan comida. - La verdad era que sentía un cansancio terrible y el cuepo le pesaba un montón, así que no encontró la forma de discutir con JiMin e insistirle. Simplemente recostó la cabeza contra la almohada de nuevo y cayó dormido antes de que JiMin saliera de la habitación. El cansancio, tanto mental como físico, no le permitió preguntar cómo había llegado hasta allí. ¿Por qué se había desmallado durante tanto tiempo y todo el cuerpo le pesaba y le dolía horrosamente? ¿O por qué JiMin no se veía nada feliz a pesar de que todo había salido bien al final? Igualmente, JungKook no iba preguntárselo. Estaba profundamente dormido.

- ¿Seguro que estás bien? - Le preguntó YoonGi.

- Creo que es la decimo novena vez que me lo preguntas en los últimos diez minutos. - Respondió HoSeok. - Estoy perfectamente. Y el bebé también. - El dragón blanco se había negado a separarse de su compañero un solo momento. - ¡Qué agobiante! - Expresó.

- ¿Te sientes agobiado? ¿Quieres que abra la ventana? - Le preguntó rápidamente.

- Sí, ve a abrir todas las ventanas de palacio. Y no regreses hasta que no quede ninguna abierta. - Bromeó.

- HoSeok... - Pidió compasión. - Después de lo que ha pasado, ¿cómo no voy a estar preocupado por ti?

- Lo entiendo. - Cedió el dragón de jade. - Pero necesito que te relajes un poco. Me pones nervioso. - Estiró su mano hacia él esperando a que se acercara y la cogiera. - Ven. Recuéstate un rato conmigo. - YoonGi, por supuesto, no rechazó la oferta. Se metió bajo las sábanas, junto a HoSeok y le abrazó con cariño. Con devoción y cuidado, como obnuvilado, rozó el vientre de HoSeok.

El Reino De Los Dragones [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora