Dones

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Se iban. Lo habían decidido ya. YoonGi y TaeHyung se irían en no más de tres días, pero antes... Era un dragón ahora. Bueno, siempre lo había sido, pero ahora lo sabía, así que... Sí, lo había decidido. Tenía que aprender a volar. Y por eso estaba allí, en la montaña más alta de las que componían aquel reino. Había empezado a subir la montaña antes de que amaneciera y, ahora que despuntaba el Sol, esperaba no encontrarse a nadie más allí arriba. Estaba mirando hacia la ladera llena de nieve que TaeHyung le había asegurado que sería como caer en una nube. Pero YoonGi seguía prefiriendo poder volar a la primer y no caer. No tenía vértigo, nunca lo había tenido y ahora entendía porqué, pero, igualmente, la caida era muy larga. Resopló concentrándose. Cerró los ojos y cuando los abrió ya se había transformado en una imponente bestia alada. Giró su cabeza y miró sus alas y su cuerpo. Aún no se acostumbraba a ello. Aquel día no había demasiadas nubes, y sus escamas, como de cristal, reflejaban la luz del sol. Parecía brillar casi como un diamante pulido. Batió sus alas un poco, creando una corriente de aire lo suficientemente fuerte como para que las ramas de los árboles se hubieran movido, pero a esa altura no había árboles. Los bosques de las laderas de las montañas acababa mucho más abajo. Aun así, ese movimiento parecía inútil para levantar el cuerpo del dragón blanco.

- Debes saltar. - Anunció una conocida voz. YoonGi giró su cuello para ver como el dragón de jade aterrizaba junto a él con una presión y una elegancia digna del príncipe que era.

- ¿Cómo sabías que estaría aquí? - Preguntó con su voz de dragón, que seguía pareciéndole distante, como si no fuera suya realmente. No era que le importase que estuviera allí, de hecho, el que HoSeok hubiera ido allí arriba él solo, para acompañarle, le hizo sonreír, internamente, claro. El dragón de jade dio un par de pasos antes de transformarse de nuevo en el príncipe. YoonGi tenía envidia de que, al hacerlo, su faldón siempre quedaba perfectamente colocado alrededor de su cintura. A él siempre le quedaba torcido. Supuso que era cuestión de práctica.

- TaeHyung me dijo que te contó lo de la montaña. - YoonGi se preguntó si le habría contado también que tenían intención de irse del reino. Al fin y al cabo, TaeHyung le conocía desde hacía muchos más años que él. El jinete tenía más derecho a darle la noticia. Pero YoonGi no pudo saber si se lo había dicho o no, pues HoSeok no mencionó nada sobre eso. - Puesto que no estabas en el palacio, supuse que podrías haber venido aquí.

- Ya... ¿Y has venido para darme el mismo consejo que me dio él? - Mencionó. - Que salte sin más. Pues disculpa si soy reticente a darme el tortazo de mi vida. No veo como es posible que el aire sea capaz de soportar mi peso allí arriba. - Opinó. Sabía que tenía que ser posible porque los veía volar a todas horas por encima de su cabeza, pero experimentarlo por si mismo era algo muy distinto.

- No he dicho que saltes sin más hacia el vacío. - Aseguró HoSeok. - Me refería a que saltases, en el sitio. Mientras bates las alas, salta al mismo tiempo y sentirás como el aire se queda debajo de tus alas y te sostiene aunque sea por un instante. - A YoonGi le parecía ridículo tener que hacer esa clase de ejercicios para aprender a volar. Sabía que los demás dragones se burlarían de él si lo vieran porque ellos habían aprendido siendo niños. 

- Casi prefiero saltar por ese acantilado antes. - Pronunció. - No puede ser tan difícil, ¿no?

- Pues no. Pero no estoy seguro de que lo consigas a la primera. No estás muy acostumbrado a ese cuerpo.

- ¿Tú lo conseguiste? - HoSeok asintió a su pregunta. 

- Pero normalmente la gente lo consigue a la segunda o tercera. - Comentó. 

- ¿Qué quiere decir normalmente? - Quiso una estadística más fiable. - ¿Tu hermano y el general también lo hicieron a la primera?

- JungKook tiene un don para cualquier cosa. - Dijo queriendo sacarle de la ecuación. - No importa si es volar o luchar o usar su magia o lo que sea. No necesita entrenar mucho para conseguir ser bueno en algo, aunque lo hace, por eso es el mejor soldado a pesar de ser joven. - Explicó. - Sin embargo, el don de JiMin es ser incansable. No tiende a ser bueno a la primera, pero se esfuerza hasta conseguirlo más que nadie. Él se estampó dos veces antes de conseguir volar, pero incluso después de haberlo conseguido, siguió practicando hasta que quedó agotado. Ese es su estilo. 

El Reino De Los Dragones [BTS]Where stories live. Discover now