Hermoso, pero delicado

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El rey regente se dejó caer en su trono de oro. La gran sala estaba vacía, de no ser así, no habría permitido que nadie le viera tan derrotado. Suspiró. ¿Cómo había ocurrido todo aquello?

- Majestad. - La voz de NamJoon sobresaltó al dragón regente. Se secó las lágrimas y se enderezó.

- Príncipe NamJoon. ¿Necesita algo? - Le preguntó con toda la serenidad que pudo reunir.

- En realidad, me preguntaba si yo podría hacer algo por usted, majestad. - Le dijo. Jin negó.

- A no ser que tengas algún plan para salvar a mi querido hijo. - Pronunció. TaeMin no era su hijo, técnicamente, pero él lo sentía como tal. - Quizá no debí confiar en ese cazadragones. ¿Y cómo mandé a TaeHyung a un plan tan suicida? No hay forma de que TaeMin salga de esta. - Se lamentó.

- Aún hay esperanza, majestad.

- Deja de llamarme así. Ahora no me siento lo suficientemente bien como para llamarme rey a mí mismo. - Comentó Jin. - JiMin no soportará perder a su pareja y eso no debe afectar a mi futuro nieto. - Se frotó los ojos. - Además, HoSeok, debido a su poder, también se sentirá profundamente afectado por la presencia de la muerte. Cuando su padre falleció estuvo muy desorientado durante bastante tiempo. Si le ocurre lo mismo no podrá apoyarse en su hermano esta vez. No puede permitirse el lujo de pasar por lo mismo. No ahora que el consejo quiere que él asuma el trono. Será la oportunidad perfecta para que le declaren incapacitado para reinar. Muchos nobles del reino han querido eso porque él siempre fue más débil que su hermano. Mi reino se desmoronará si todo esto sucede.

- Usted tiene el apoyo de muchos miembros del consejo. - Le recordó NamJoon. - Eso no ocurrirá.

- Tengo, sobretodo, el apoyo del ejercito. Pero TaeHyung, el humano al que he mandado a morir es el jinete y... - Por supuesto él también sospechaba de la relación de JungKook y TaeHyung, principalmente porque sus hijos no eran discretos cuando estaban en familia, pero SeokJin opinaba que no era asunto suyo. - ...y mejor amigo... - Terminó diciendo. - ...del general de mi ejercito.

- Te refieres al general JungKook. - Jin asintió.

- Él es el dragón más fiel que conocido a pesar de su juventud. Pero tampoco sé como reaccionará si TaeHyung no vuelve. - Comentó. - ¿Qué debería hacer, Ken? - Le rezó a su fallecida pareja. - Guíame, esposo mío. - Dijo dirigiendo su mirada al techo de oro. - A diario me pregunto qué haría él en esta situación.

- Debéis echar mucho de menos al gran dragón celestial. - Supuso el dragón negro de piedra. - No tuve el honor de conocerle, pero era bien conocido por ser un gran rey.

- Sí que lo era. Él era el verdadero rey. Poderoso, inteligente, justo y amable. - Le alabó.

- Le amariais mucho. Lamento su perdida. - El rey regente sonrió ante la afirmación del más joven.

- Eso ocurrió hace mucho. - Era cierto. Hacía ya más de un siglo de su muerte, aunque aún sentía fría la enorme cama real. - Fue un buen compañero. Me regaló dos hermosos huevos con los que crié a dos buenos hijos. Y era muchísimo mejor rey de lo que yo seré jamás. Sí, le echo de menos. - Pronunció con sinceridad. NamJoon, inteligente como era, leyó entre líneas. Por supuesto que le echaba de menos, y sentía un profundo cariño hacia él, pero, por sus palabras, parecía que nunca le había amado del todo.

El Reino De Los Dragones [BTS]Where stories live. Discover now