Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 10 - Cicatrices.

Cuando Alek se fue, me quede un rato en el piso pensando en que había hecho mal o si había dicho algo malo, pero no encontraba la causa de aquel ataque de furia. La garganta me dolía de forma horrible, aún dolía un poco respirar y no podía hablar, mi voz simplemente no salía.

Cuando me levanté, con las pocas fuerzas que me quedaban, camine hasta la cama y volví a acostarme. Mi mente no dejaba de preguntarse si algún día lograría salir de ahí y si lo haría con vida. El enojo comenzó a llegar poco a poco, pensando en que se creían todos ellos para tratarme así, a mi o a cualquier persona, pensaba en que les daba derecho a tener poder sobre la vida de alguien y que clase de mente enferma se divertía viendo sufrir a alguien inocente.

No dejaba de maldecirme entre lágrimas por ser tan débil y no poder defenderme, por no poder ni siquiera mirar a la persona que me estaba haciendo daño a los ojos. ¿Cómo pude dejar que me hicieran todo eso? ¿Y cómo es que mi mente era tan débil si quiera que pudo pensar en agradecerle a la persona que me llevó ahí en primer lugar? Me sentía estúpida, débil y tonta; y eso me hacía odiarme a mí misma.

Mi mente no dejaba de recriminarme todos los errores que había cometido, en cómo no había defendido a Matt cuando lo atacaron, en cómo no me había defendido a mi misma lo suficiente, en cómo no logre matar a Darko cuando tuve la oportunidad y hasta en cómo ni siquiera logre morir cuando debía hacerlo para no llegar hasta aquí. No quería vivir más, me parecía agotador pensar en despertar un día más.

Entre lágrimas y reproches a mí misma me quede dormida. Las pesadillas comenzaron a partir de ese momento y no dejaron de atormentarme cada noche. Darko me perseguía y siempre lograba atraparme, no importaba que tan rápido corriera.

Una mano en mi hombro me despertó de golpe. Abrí los ojos completamente aterrada intentando alejarme pero fui tomada de los hombros. Un grito de ahogó en mi interior, dejando un dolor tormentoso al intentar salir. Apenas lograba respirar.

-Tranquila, tranquila - Dijo Iván sentado en la orilla de la cama.

Lo miré con los ojos llenos de lágrimas, intenté hablar pero no pude y el dolor me hizo poner mi mano sobre la garganta mientras en mi cara se desfiguraba en una expresión de de suplicio.

-No hables o vas a lastimarte más, voy a revisarte - Dijo Iván

Comenzó a revisarme el cuello con cuidado, de vez en cuando me miraba por algunos segundos a los ojos, pero esta vez no estaba sonriendo, más bien parecía preocupado. Cuando terminó, se quedó mirando el suelo y dio un gran suspiro.

-Lo lamento mucho - Dijo Iván - Sé que no te mereces esto.

No encontró en mi nada más que una expresión en blanco, en mis ojos se reflejaba el dolor que estaba sintiendo, razón por la cual Iván no podía sostenerme la mirada. No necesitaba hablar para que entendiera que me sentía mal, no solo física, si no emocionalmente.

-Sé que lo odias y estás en todo tu derecho de hacerlo... sé que ahora no vas a entenderlo, pero espero que algún día puedas darle una oportunidad y conocerlo... él no siempre fue así... a él también lo han lastimado demasiado y al igual que una herida deja una cicatriz en la piel, hay cosas que hieren tanto que dejan cicatrices muy profundas que no se pueden ver... todos aquí tenemos cicatrices y cosas que lamentar, pero hacemos lo necesario para sobrevivir. - Dijo Iván sin dejar de mirar el piso.

Se levantó y se quedó de pie por un momento, parecía pensativo, como si estuviese recordando demasiadas cosas... cosas que le dolían. Volteo a verme y me sonrió levemente por unos segundos, pero en su rostro había claramente una expresión de tristeza.