Cap 52 - Parte 1

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— Tiene que ser una maldita broma —dijo Gisell mientras veía la lencería blanca que llevaba la chica debajo de la bata.


Lo que llevaba puesto, era un desfile de encaje, listones, satén y tul blanco por todas partes. Como esa lencería que usa la novia durante la noche de bodas o como una broma entre pareja durante la primera noche de la luna de miel.


— A mí me gusta —dijo mientras se arreglaba el encaje en el pecho—. Pero sí... a mí me parece que esto es una broma de despedida para ti.

— ¿Y tengo también que usar... —comenzó a decir Gisell, pero la interrumpió.

— El velo, sí.


Miró a su alrededor y vio como las chicas llevaban puesta ropa similar, variaban los diseños, pero al final era lo mismo, lencería de novia, con velo incluido y todo.
Gisell soltó una risa y miró al techo, sabía que iban a hacerla sufrir un poco antes de marcharse, después de todo, esa era la última fiesta a la que asistiría.

Comenzó a quitarse la ropa para cambiarse mientras se daba cuenta que las otras la miraban de reojo, intentando no hacer contacto visual directo para no molestarla o incomodarla.

Hasta que se quitó la camiseta y quedó al descubierto su espalda, en ese momento todas apartaron la mirada y se giraron para no mirarla en señal de respeto.
Otra chica de cabello negro muy largo y piel aperlada se acercó para ponerse detrás de ella y mirarla a través del espejo.


— No te preocupes, te buscaré algo para que no se note demasiado —dijo ella refiriéndose a la "D" en su espalda.


Gisell sólo asintió con la cabeza y sonrió levemente. Se sentía vacía, tanto por su presencia ahí, como la de todas esas mujeres a su alrededor que no se encontraban en situaciones mejores que la de ella.

Se miró una vez más al espejo y mientras lo hacía una mujer se le acercó y la tocó del hombro, no habló sólo le hizo señas diciéndole algo respecto a su cabello, Gisell supo enseguida que se refería a que aún estaba disparejo debido a los cortes que le había hecho Johanne.

La mujer se fue y regresó al poco tiempo con unas tijeras y determinación en el rostro, señalándole a Gisell que se sentara en una silla.


— ¿Cómo te llamas? —pregunto Gisell mientras se sentaba y dejaba que comenzara a tocar su cabello.


Pero ella no respondió, sólo la miró y le sonrió levemente con los labios cerrados. A espaldas de ambas llegó la mujer del cabello largo y tan negro que destacaba increíblemente en su piel pálida.


— Se llama Shannan y yo soy Adele por cierto... Shannan es muda, su dueño le cortó la lengua —dijo Adele tranquilamente mientras le ponía enfrente a Gisell diferentes tipos de lencería aún en ganchos para ver cuál se le vería mejor.


Shannan sólo le sonrió y abrió un poco la boca para mostrarle, efectivamente no tenía lengua y de igual forma, algunos de sus dientes no estaban en su lugar. Gisell sintió náuseas sólo de imaginar el dolor que debió haber soportado.

Esa sensación provocó que se alterara un poco y cuando Shannan le dio el primer corte a su cabello, su mente la transportó de regreso a ese horrible cuarto mientras Johanne le cortaba mechones y le hacía daño.
Se sintió tan real que enseguida Gisell se sobresaltó y apretó los lados de la silla hasta hacerla crujir.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora