Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 35 - Consecuencias.

- Lo está retando a pelear - Dijo Kalev tan sorprendido como yo.

Fue como si el tiempo se hubiera relentizado y todo a mi alrededor se distorsionara.
Lo pensé un poco, esa era la oportunidad perfecta de ver como lastimaban a Darko, de verlo sufrir y de devolverle por lo menos un poco de todo el dolor que me había provocado, sentí cómo mi pecho ardía y la adrenalina comenzaba a subir, el rencor que llegue a sentir en ese momento es probablemente la emoción más fuerte que experimenté alguna vez en mi vida. Deseaba verlo sufrir... lo necesitaba. Una sed de venganza invadió cada espacio en mi mente, cada poro de mi cuerpo, toda preocupación o angustia por ser juzgada, todo miedo a las consecuencias, se nublaron en mi mente, desapareciendo por completo.

- ¡Gisell! ¡Gisell! - Grito Kalev sacudiéndome de los hombros, pero yo lo escuchaba lejos, apenas lograba ser capaz de entender sus palabras por encima del ruido en mi cabeza que me exigía el sufrimiento de Darko - ¡Tienes que hacer algo! ¡Él solo va a escucharte a ti! - gritó en mi cara.

En ese momento todo a mi alrededor volvió a la normalidad, el ruido del exterior aumentó desproporcionadamente y todo iba demasiado rápido, la gente se encontraba eufórica, pedían a los gritos que Darko subiera, le gritaban cobarde porque aún no lo había hecho. Entre abucheos, adulaciones a Alek, aplausos, gritos, emoción y el caos total mi atención se centraba únicamente en la expresión de Alek, en lo mucho que reflejaba todo lo que yo misma estaba sintiendo desde lo más profundo de mi ser, casi como si a través de él todo mi odio se encontrara fluyendo al exterior, hacia Darko. 

Alek volvía a señalarlo y después señalaba el cuadrilátero, repitiéndole que subiera, lo que aumentaba cada vez más el bullicio y la euforia de las personas.

El personal estaba tan confundido que se miraban los unos a los otros sin saber que hacer exactamente, no era algo que pasara seguido y definitivamente no era algo que estuviera en los planes de nadie. Situación que ya por sí misma provocaba el nerviosismo en todos aquellos que sabían que Alek no debía estar haciendo esa locura.  Y yo sólo estaba ahí de pie, con la mirada atada a la furia de Alek, hiperventilando, pasando a ver directamente a Darko, esperando el momento en que subiera y comenzara el hermoso espectáculo. Lo ansiaba tanto que mis brazos temblaban y un cosquilleo recorría las palmas de mis manos. Podía escuchar mi propia voz interior gritándole que subiera de una buena vez.

Vi a Iván a lo lejos llegar corriendo a interponerse entre Darko y el cuadrilátero, poniendo las manos al frente señalándole a Alek que se calmara, no podía escucharlo por toda la agitación alrededor, pero sabía que trataba de convencerlo de que no lo hiciera, le pedía que se tranquilizara, estaba segura que mencionaba las consecuencias de lo que estaba haciendo. Entonces Iván señaló a Erick, yo también me giré para mirarlo, tenía una sonrisa en el rostro mientras hablaba con alguien por teléfono y un hombre a su lado grababa toda la escena, parecía calmado a diferencia de todas las otras personas, él se mantenía animado, recargado a la pared.