Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 17 - Depresión.

Al día siguiente la historia fue la misma. El lugar se encontraba exactamente igual de lleno y se sentía igual de frustrante y claustrofóbico. Aurora aunque mantenía la sonrisa en su rostro, las negras ojeras que se acumulaban debajo de sus ojos y su expresión cansada la hacían parecer un poco más marchita. Iván en cambio, la siguió y cuidó con el mismo afán y motivación. Siempre manteniéndose cerca de ella para asegurarse de su bienestar.

Al igual que el día anterior, Alek me pidió esperar en los vestidores. La situación se había vuelto aún más incómoda, si es que eso podía ser posible, desde que había preguntado la razón por la que conocía el nombre de mi padre. Podía notar que me estaba evitando, casi huyendo a tener que darme las respuestas que estaba pidiendo. Las amenazas no habían ayudado mucho a que el ambiente se aligerara, todo se sentía turbio, el aire era aún más pesado y tenía la sensación de que tanta tensión terminaría por derrumbarme en cualquier momento.

Me sentía mareada y sedienta. No había comido, ni tomado nada en todo el día. Inevitablemente recordé que Kalev siempre fue quien se aseguró de que tuviera todo lo que necesitaba, era el único que se interesaba en que comiera al menos algo durante el día y su ausencia realmente se sintió como un golpe de realidad. Me entristeció pensar que Alek lo había lastimado por mi culpa y me pregunté qué tan grave había sido realmente, pues ahora no solo conocía de primera mano su fuerza bruta, si no también había visto lo formidable y atroz que podía llegar a ser uno solo de sus golpes.

Observaba por la ventanilla la pelea que se desarrollaba de forma fluida sobre el ring, el contrincante de hoy se notaba mucho más capaz de seguirle el ritmo a Alek, pues a pesar de los repetidos golpes, no cedía y continuaba de pie. 

Mi garganta se sintió tan seca que no podía ni siquiera dejar pasar mi propia saliva, sentía que me ahogaba, necesitaba tomar algo con urgencia por lo que ignorando las advertencias de Alek, me atreví a salir por un momento, solo tenía que ir de forma rápida a la barra de bebidas o pedirle agua a alguna mesera. Él se encontraba sumergido en la pelea, por lo que supuse que no habría problema alguno, no tenía ni siquiera porque enterarse de que había salido.

Caminé fuera del vestidor sintiendo que mis piernas flaqueaban por momentos. Por alguna razón, las antes tenues luces ámbar resplandecieron ante mis ojos de forma tan repentina e intensa que me sentí cegada, brindándome un terrible dolor de cabeza. Estaba tan aturdida, cubriendo mis ojos de las luces, que sin darme cuenta choqué de lleno con una mesera que llevaba en las manos una bandeja llena de copas de cristal. 

El estruendo de las copas rompiéndose en pedazos contra el suelo llamó la atención de todos en el lugar, incluyendo a Alek. Yo también había caído de espaldas al igual que la mesera, por lo que al ponerme de rodillas, pude darme cuenta con horror, cómo todos tenían puesta la mirada sobre mí. El pánico se hizo presente de inmediato, con la respiración entrecortada y tanto miedo que me sentí paralizada, giré la cabeza para mirar sobre el ring. 

Aterrorizada confirmé que Alek me estaba mirando, pero antes de que pudiera hacer cualquier otro movimiento para salir huyendo, su contrincante aprovechó la distracción para darle un golpe en la cara tan fuerte que lo hizo caer de espaldas. No desperdició ni un segundo de la ventaja que le había dado. Se montó sobre él y un golpe tras otro mantuvo a Alek en el suelo.

Salí corriendo despavorida de regreso a los vestidores. con el cuerpo entero temblando por el pánico, volví a asomarme por la ventanilla de la puerta para confirmar que Alek aún no lograba ponerse de pie.
Y de pronto, la idea intrusiva más aterradora llegó hasta mi cabeza...
¿Qué pasaría conmigo si Alek muriera?
¿Podría volver a casa? Definitivamente no, sin importar la situación, no se arriesgarían a dejarme ir así de fácil.
¿Me devolverían a ese terrible lugar con Darko?¿Sería a él a quien me entregaran la próxima vez? Que esa fuera la respuesta más probable me ocasionó un estado de shock y un ataque de pánico que hizo sacudir mi cuerpo de forma violenta.