Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 58 - Control.

— ¿En qué demonios estaban pensando? —gritó Garett—. ¿Tienen una idea de lo que puede pasarles por lo que hicieron? Sabía que no los podía dejar solos. ¡Debieron llamarme!

Los regañaba mientras Tom y Gisell curaban las heridas de Scott, quien se encontraba sentado en el sillón seminconsciente.
Tras el incidente, su ruta de escape los llevó hasta el lugar más cercano; el departamento de Garett. No mucho tiempo después, el mismo Garett apareció por la puerta histérico y visiblemente molesto. La gente de Erick se habría encargado de informar lo que le convenía que supiera.

— ¿Y que se suponía que hiciera? ¿Dejarlo para que lo mataran? —respondió Gisell molesta, dispuesta a no tener que justificar ninguna de sus acciones con alguien que ni siquiera había estado ahí.

— Gisell tú conoces bien a Erick, sabes que lo único que hace es intentar provocarlos para hacerlos reaccionar y tener una excusa para quitarlos del camino. Acaban de darle una excusa perfecta para matarlos.

— Tu no estabas ahí, no puedes juzgar la forma en la que actuamos porque sé que, si hubieras sido tú, hubieras reaccionado mucho peor.

— ¿Qué fue lo que hizo para hacerlos enojar tanto? —preguntó Garett con los brazos cruzados aún sin entender la razón de la reacción, pero estando consciente de que Gisell no se dejaría llevar tan fácilmente por uno de los juegos de Erick.

Tom se acercó a él y sacó una de las fotografías que aún llevaba consigo. Se la dio a Garett discretamente, cuando este la tomó y la giró para mirarla, su cara cambió por completo. Sintió su sangre hervir y subir hasta su cabeza.

— Todo el lugar estaba tapizado de esas fotos —dijo Tom, aún con impotencia en la voz.

Garett se giró para mirarla, pero ella intentó no hacer contacto visual con él en ese momento, se sentía incómoda, expuesta y avergonzada por el hecho de que todos la hubieran visto así de vulnerable. Pero sin necesidad de mirarlo pudo darse cuenta de que Garett ahora no solo entendía sus razones, si no que ahora él mismo comenzaba a sentir una ira cegadora.

— Voy a matarlo —bufó mientras caminaba hacia la puerta, Gisell se apresuró y lo tomó del brazo.

— Te lo dije, sabía que reaccionarías así.

Se miraron fijamente hasta que, sin decir una sola palabra, ella logró tranquilizarlo. Gisell se dio cuenta del poder de convencimiento que realmente tenía sobre Garett y lo mucho que podía llegar a depender de ello.
Garett prometió hablar con Kronos para intentar interceder por Scott, le advirtió que no lo dejarían solo y lo ayudarían.

Aunque intentara ignorarlo y negarlo, para Garett esos 4 se habían convertido en lo más parecido que tenía a una familia. Se sentía responsable de ellos como un padre se sentiría.

Al principio, el hecho resultó aterrador... Pues sabía perfectamente que las personas como él, que recorrían el mismo sendero de sangre, llevaban una maldición consigo: Mientras más intentaran proteger a las personas que aman, peor sería el destino de los mismos.

Observó a Gisell mientras limpiaba el desastre de la sangre de Scott. Alguien como él y como Alek jamás lograrían protegerla. Su amor hacia ella solo la llevaría directo a un destino cada vez más doloroso. Ellos no podían protegerla y por eso esperaba enseñarle lo suficiente para que pudiera hacerlo por sí misma.