Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 61 Parte 1 - Ciudad fantasma.

Nos fuimos esa misma noche, pasamos al departamento para cambiarnos de ropa y hacer una maleta para algunos días de lo que duraría el viaje a mi ciudad natal. Estaba nerviosa, angustiada y sobre todo furiosa, a mi padre no le había bastado con el hecho de haberme cambiado y abandonado una vez.
Una parte de mí había estado intentando pensar que de alguna forma él se sentía culpable, que no volvería a apostar por las consecuencias que le habían traído sus acciones, que el hecho de que lo hubieran apartado de su amada hija y le hubieran hecho cosas innombrables lo haría reflexionar, estaba completamente equivocada.

Aún a pesar de toda esa irá creciendo dentro de mí, decidí que no le demostraría todo el dolor y sufrimiento que había causado, decidí no darle el privilegio de verme rota y doblegada, por el contrario, empaqué lo necesario para deslumbrar los días que estaríamos fuera.

Nos subimos al coche y emprendimos el viaje de madrugada, en medio de la obscuridad y el silencio de la carretera, Garett sabía que necesitaba espacio y silencio para pensar por lo que en gran parte del camino no dijo ni una sola palabra.

— Tendremos que hacer una breve parada en el camino —dijo Garett.

—¿Una parada?

—Trabajo, Gisell. Nos queda de paso... De hecho, ya estamos cerca.

Miré a mi alrededor, la carretera por la que avanzábamos estaba completamente vacía, a los lados no se veía persona o vivienda alguna y tomando en cuenta la oscuridad de la noche, ni siquiera podía apreciarse alguna luz asomándose entre la maleza y los arbustos.

Luego de unos metros, Garett giró a la izquierda en un camino de terracería que no me trajo buenos recuerdos en absoluto. Inconscientemente me acomodé en mi asiento de manera incomoda mientras Garett me miraba de reojo.

— Aquí es —dijo al llegar a lo que parecía una larga bodega construida de piedra, cartón, lamina y todo tipo de materiales aparentemente improvisados. No había ruido alguno y las maltrechas ventanas solo dejaban escapar un ligero resplandor de luz roja proveniente del interior.

Garett se bajó del auto, cerrando la puerta de manera silenciosa y fue directamente hasta la cajuela. Yo salí también y observé con más atención los alrededores y la cutre fachada. Me sorprendía que alguien viviera ahí siquiera.

Y de pronto, el grito desgarrador de una mujer me sobresaltó. Interrumpió el silencio de manera tan abrupta, que incluso una parvada de aves emprendió el vuelo de los árboles secos más secanos. Un escalofrío recorrió mi nuca y me hizo sacudir los brazos ligeramente para disuadir un poco esa sensación.

— Necesito que esperes aquí —dijo Garett colocando una mano en mi hombro.

— ¿Qué? No, yo voy contigo — Garett se giró para observar el lugar, soltó un suspiro y regresó la mirada a mí.

— No creo que sea una buena idea —esperó obtener mi probación y después de un momento yo simplemente asentí —Necesito que esperes adentro del auto con la ventana abajo. Toma, si alguien sale o se acerca, aunque sea un poco, le disparas sin pensarlo —dijo poniendo extendiendo un arma hacia mí.

— No es necesario —respondí y deslicé por mis brazos la chaqueta que llevaba puesta, revelando debajo de esta la pistolera de cuero que llevaba en la cintura con las dos armas listas y cargadas.

— Pero necesitas...

—Silenciador, aquí está —lo interrumpí sacando los dos silenciadores del bolsillo de mi pantalón y lanzando mi chaqueta a la parte trasera del auto. Saqué una de las armas y coloqué el silenciador ante sus ojos, además de ajustar los cargadores en los bolsillos traseros de mi pantalón y la navaja en la funda que sobresalía de mi cinturón.