Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️

Cap. 34 Parte 1 - El reencuentro.

De pronto los días se convirtieron en semanas y sin darme cuenta algunos meses pasaron.

Kalev volvió a la casa, Iván y Aurora iban y venían, algunas veces más seguido que otras, pero siempre era un gusto verlos a ambos ya que conforme pasaba el tiempo me iba sintiendo más cómoda y comenzaba a haber más confianza entre nosotros, aunque sí podía notar a Aurora cada vez más dispersa, su sonrisa me tranquilizaba. Alek, como prometió, me dejó seguir con mi día a día con Kalev, ya no me trataba mal o intentaba acercarse más de lo que debía. En el día lo veía sentado siempre en la misma silla, perdido en su taza de café, pasaba por los pasillos en completo silencio y podía notar que a veces me evitaba, mientras que en otras ocasiones lo podía capturar mirándome fijamente.
De día entrenaba, a veces sólo y a veces con Kalev, en las noches lo veía irse y a veces estaba lo suficientemente despierta para verlo regresar, herido, cansado y algunas veces tomado, me mataba por dentro saber que estaba así para cumplir el trato que hizo con Kronos por mi. Solo lo acompañé a un par de peleas más en la que la situación fue la misma, manteniéndome apartada, solo esperando a Alek y una vez que terminaba volvíamos a casa.

Día tras día el hábito de convivir con ellos se fue arraigando hasta el momento en que de vez en cuando podíamos comer todos juntos sentados en la mesa de la cocina por las tardes. Alek estaba de buen humor unos días más que otros. A veces cocinaba para mi, siempre me preguntaba lo que necesitaba y lo conseguía de inmediato.

La situación con Kalev había avanzado lento pero al menos de esa forma no me sentía tan incómoda, él sabía que necesitaba tiempo así que estuvo de acuerdo en esperar para muchas cosas, todo fue escalando desde tomarnos de la mano, desayunar juntos, pequeños besos, hasta estar abrazados por horas.
Estar con él me reconfortaba y hacía que mi corazón se acelerara, ver su rostro y sus ojos me hacía perderme en su mirada durante horas.
Había días en los que dormíamos abrazados, la sensación de tener mi cabeza en su pecho y escuchar el latido de su corazón me curaba el alma. No me presionaba, me escuchaba y me apoyaba en lo que podía, no había otra forma de decirlo, era simplemente perfecto y yo estaba enamorándome de él.
Había logrado suprimir aquellos pensamientos sobre Alek y en su lugar no había espacio para otra cosa en mi mente y en mi corazón que no fuera Kalev... o eso creía. Todo estaba en calma, todo estaba bien, las cosas funcionaban perfectamente tal y como estaban.

Aún así, no podía sacar de mi pecho la sensación de que era la calma antes de la tormenta y que en cualquier momento algo explotaría... pocas horas después me di cuenta de que tenía razón.

Durante todos esos meses había encontrado en Kalev ciertas actitudes que me parecían cuando menos extrañas, aunque buscaba atribuirlas a otra cosa, la duda persistía.
A veces sentía como si Kalev me siguiera a cualquier lugar a donde fuera y aunque me encantaba estar con él, también necesitaba mi espacio.
De vez en cuando parecía nervioso y un poco ansioso, no sabía la razón pero siempre temía que hubiera entrado nuevamente en conflicto con Alek. A veces parecía olvidar lo que le decía, mientras que otras parecía saber más de lo que yo le hubiera contado.

Aquel fatídico día me desperté especialmente motivada y de buen humor, me vi al espejo e incluso me veía mejor de lo habitual.
Salí de la habitación casi corriendo, en el pasillo estaba Kalev, me lancé en sus brazos tan rápido que casi hice que cayera al suelo y le di un corto beso en los labios sin percatarme de que Alek se encontraba mirándonos sólo a unos metros de distancia. Cuando por fin levanté la mirada, vi que el rostro de Alek, estaba serio, parecía molesto, pero aún así no hizo más que apartar la mirada y darnos la espalda para caminar a la cocina.

Me sentí extrañamente culpable por eso, aunque yo sabía y ya habíamos hablado sobre el hecho de que no estaba comprometida de ninguna forma con Alek, había estado pensando últimamente en la posibilidad de que hubiera llegado a sentir algo por mí y de si yo en algún momento me podría permitir sentir algo por él. Había algo en Alek que no me permitía cerrarme a esa posibilidad por completo.