IIII. Pesadilla

156 26 33
                                    


Arrugo la nota en mi puño y lo llevo a mi frente, respiraciones cortas y agitadas abandonan mi cuerpo a través de mi boca, las uñas se clavan más y más en la palma de la mano que guarda la nota, tanto que llego a sentir una gota de sangre deslizarse por mi muñeca para acabar cayendo en mi nariz, ¿es esto una broma? Aprieto mis ojos, como si al hacerlo fuese a conseguir que todo lo que está sucediendo simplemente no sea. Comienzo a sollozar pero no me salen lágrimas, debo controlar la rabia que estoy sintiendo o acabaré fuera de control.

Me levanto lentamente, casi temblando, con la mano que tiene la nota aún apoyada en mi frente, intento controlar la respiración, ¿es esto una puta broma? ¿Qué demonios está pasando? Parpadeo con rapidez, no puedo pensar con claridad, ahora mis manos cubren mi rostro, la expresión de dolor que hay en él lo dice todo.

Dejo caer mis manos lentamente y yergo mi cuerpo, apenas consigo controlar las emociones que me ahogan pero tengo que salir de aquí, tras leer esta nota tengo algo seguro: los rebeldes están detrás de todo lo que ha sucedido esta noche, el ejército del que mi padre formaba parte y ahora yo no tiene el método más ético, pero si sé que las intenciones tanto del Gobierno central como las del ejército son buenas. Mi mandíbula y músculos se tensan, es hora de dar el siguiente paso.

- ¡Skylar! –bramo –he leído la nota.

Antes de terminar la frase se abre la puerta, Skylar ha estado ahí fuera todo el tiempo.

- ¿Y bien? ¿Has entrado en razón ya? –me pregunta con los brazos cruzados.

- Bueno, –doy unos pasos hacia él, procurando que no note que mi mayor deseo en este momento es arrancarle los ojos –está claro que algo no funciona como debería...

- Me alegro de que te hayas dado cuenta por fin –suspira, notablemente relajado, ha bajado la guardia, menudo imbécil... –acompáñame, voy a presentarte a los demás, incluido nuestro líder, él te contará todos los detalles.

Todos los detalles sobre cómo habéis urdido el macabro plan de matar a mis compañeros y atraer a las Sombras con sus muertes, pienso para mí misma. Skylar se aparta de la puerta y extiende un brazo, dejándome espacio para salir. Podría arriesgar el plan y conocer al llamado líder, pero no puedo soportar el pensar que algunos de mis compañeros podrían estar necesitando mi ayuda, esto no es una misión, no tengo que pensar en un bien mayor ahora, no quiero hacerlo.

Caminamos por un largo pasillo cuyas paredes son de piedra, parece que estamos en un edificio antiguo. Me detengo en seco, Skylar, que camina detrás de mí, se choca contra mi espalda.

- ¿Qué sucede? ¿Estás bien? –pregunta con un tono de voz preocupado.

- Verás, -comienzo girándome para verle bien el rostro –eres un puto traidor, Skylar. Quieres destrozar todo cuanto conocemos por tu propio bien, eres una rata asquerosa.

- ¿Qué demonios dices? –a estas alturas puedo ver que está visiblemente alterado.

- Quieres que las Sombras controlen nuestro mundo, siempre he sospechado que algo no está bien dentro de ti, pero esto... Sacrificar al ejército, la única protección contra ellas que tiene nuestro país, eres un puto traidor. Los rebeldes sois la escoria más repugnante que existe.

- Lilith, te estás equivocando... –sabe que va a morir en mis manos, su cuerpo tiembla –nosotros no so-

Le interrumpo agarrando su cuello con mi mano ardiendo, no quiero oír sus mentiras, quiero irme de aquí.

- Moriré antes que unirme a los asesinos de mis padres –digo con los dientes apretados, sosteniéndole unos centímetros por encima del suelo.

Lilith: ave de fuego [COMPLETA | SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora