VII. Eril (Parte II)

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Esta base es grande y el despacho del General de División se encuentra a unos quince minutos de mi cuartel, en un gran edificio, donde todos los altos cargos tienen sus despachos.

A esta hora ya hay más soldados aquí, camino con normalidad a través de la gran superficie hasta llegar a la puerta del edificio. No hay nadie en los pasillos, pero se oyen voces en una de las salas. La reunión ha empezado.

Son las siete en punto cuando me encuentro subiendo las escaleras de mármol dirección despacho del General de División, el sol se ha puesto, la tenue y cálida luz de las lámparas que cuelgan del techo iluminan el camino. No hay ni un alma, tal y como predijo el Capitán.

La puerta del despacho del General es muy alta y está hecha de una madera oscura, con muchos detalles grabados en ella, la abro con cautela, rezando porque no haya nadie dentro. Sólo un General que confía en la lealtad de sus soldados se dejaría la puerta sin cerrar, una lástima que esa lealtad se vaya a ver rota...

He estado en esta sala otras veces pero nunca deja de sorprenderme la opulencia que reflejan los muebles y la decoración; sillones de piel, escritorio de madera maciza con detalles bañados en oro, estanterías enormes, cortinas densas de color rojo... Todo digno del más alto cargo de nuestro ejército.

Enciendo las luces y escaneo la habitación en busca de cualquier ínfimo detalle que pudiese servirnos pero no resalta nada. Me agacho justo donde están los cajones del escritorio y los abro uno a uno, nada, al menos a simple vista... Me percato de que el último cajón tiene un doble fondo, levanto la placa de madera con cuidado y la dejo sobre el escritorio. En este compartimento secreto encuentro documentos y la foto de una mujer joven, no me entretengo demasiado mirándolos, no sé cuánto durará la reunión... Guardo mi hallazgo en el bolso que cogí antes de salir, vuelvo a colocar la placa y cierro el cajón.

La caja fuerte debe estar escondida en alguna parte, le doy varias vueltas a la sala buscando hasta debajo de los sillones pero no es hasta que estoy de pie delante de las estanterías que me doy cuenta de que hay un libro que destaca. Este libro tiene la cubierta roja y no tiene letras en el lomo, cuando intento sacarlo para verlo de más cerca se oye un sonido de cerradura. Arqueo una ceja, es extraño pero decido intentar deslizar la estantería hacia la izquierda, ¡funciona! La estantería desvela que detrás de ella está la caja fuerte, anclada en la pared. Inhalo y hago aparecer el fuego en mis manos, dibujo un círculo en la puerta de metal y sujeto el resto antes de que caiga al suelo pero, repentinamente, un desagradable y fuerte olor que proviene de la caja fuerte me echa para atrás. Me tapo la nariz y la boca con la mano derecha y meto la izquierda en el agujero que he hecho.

El tacto me alarma,un extraño líquido parece haberse derramado al tocar el objeto pero, aún así, lo agarro y lo saco con cuidado.

Mi visión no se encuentra con un objeto, sino con una mano. Una mano pútrida con uñas rotas, piel descompuesta de un color mortecino que jamás he visto antes y que supura pus. Pierdo la calma durante unos segundos, tiemblo pero me recompongo. Me quedo parada, de rodillas en el suelo, mirando la mano sin saber qué hacer. El pus se ha derramado sobre mi mano y recorre mi brazo, rápidamente vuelvo a colocarla donde estaba y seco mi mano y brazo con un pañuelo de tela que tengo en el bolsillo.

No entiendo qué demonios hace una mano putrefacta en la caja fuerte del General pero debo seguir indagando. Vuelvo a meter mi mano en el agujero pero, por desgracia, no hay nada más. Suspiro, me siento aliviada de poder cerrar por fin la caja fuerte. Agarro el trozo de metal, lo coloco de forma que tape el agujero y los fusiono a ambos de manera que no queda ni rastro de mi intrusión.

Me dejo caer hacia delante suavemente, mis brazos soportan el peso de mi cuerpo y cierro los ojos a la vez que agacho la cabeza. ¿Por qué guarda el General una mano en su caja fuerte?

Lilith: ave de fuego [COMPLETA | SIN EDITAR]Where stories live. Discover now