XLV. La verdad

51 10 28
                                    

El Capitán sostiene mi cara con sus manos y me sonríe.

―Nunca he conocido a nadie tan increíblemente inocente como tú, Lilith.

Elevo las comisuras de mis labios, confusa, pero embriagada por su tacto. 

― ¿Q-qué quiere decir?

―Es hora de tener esa charla que llevo semanas prometiéndote ―De nuevo, no logro descifrar lo que esconden sus ojos.

Sostiene mi mano con delicadeza y planta un beso en ella.

―Jamás podré agradecerte lo suficiente por todo lo que has hecho por mí ―Me mira directamente a los ojos ―, llevas sirviéndome incansablemente desde hace seis años, sin un traspiés, sin una queja. Es difícil encontrar un fallo en ti.

Me quedo callada, no entiendo el giro que ha dado la conversación.

―El único que he encontrado, es que confías en los demás sin pensar ―Comienza a caminar a mi alrededor ―, pero ese fallo que tienes me ha sido de mucha utilidad.

―C-Capitán, no entiend-

Pasa su mano por mi pelo. ―Sh, déjame hablar, llevo tanto tiempo queriendo tener esta conversación contigo... Verás, Lilith, este es el final del juego para ti también. Ya no me sirves.

Mi corazón da un vuelco.

―Debo admitir que he disfrutado mucho, aunque casi arriesgo todo por ti en varias ocasiones, nunca me ha pasado algo así, he estado muy confundido ―Suspira ―, pero ahora que he llegado aquí, ahora que tengo lo que deseaba, me alegro de no haber caído en esa tontería del amor.

Se agacha y le arranca las condecoraciones al General.

―Al fin y al cabo, no íbamos a durar ―Se acerca a mi oído ― ¿O serías capaz de hacer el amor con la persona que mató a tus padres?

Un agudo dolor atraviesa mi cuerpo. ―Eso no es verdad. No puede ser verdad.

―Ese plan fue mi mejor obra maestra, hasta que pensé en lo útil que me serías en esta misión ―ríe ―. Lo mejor es que lo has tenido delante de tu cara y no has sabido verlo.

―No me creo nada de lo que me está diciendo. Está poseído por una Sombra, ¿verdad?

Él me mira, sacando un cuchillo de su cinturón y rajándose la palma de la mano, mostrándome que su sangre es roja.

―Lilith, maté a tus padres para conseguir ascender. Les propuse el plan a esos dos inútiles porque no eran capaces de hacer nada por sí solos, pero era la situación perfecta: nosotros ganábamos la confianza del pueblo y el poder de uno de los Elementos.

Aprieto los puños, intentando contener las lágrimas. ―No me lo creo.

―No quieres creértelo, es diferente. Tu existencia sólo me ha importado cuando me ha beneficiado, mira hacia atrás. Siempre has sido mi comodín. La muerte de tus padres, tu habilidad en batalla, tu lealtad inquebrantable durante estas semanas... He sacado mucho beneficio de ti.

Me echo a llorar sin control, todo ha sido una gran mentira.

―No llores, no pasa nada, nos hemos divertido mucho, ¿verdad? ―Intenta quitarme las lágrimas con su mano, pero aparto la cara ― En un mundo donde nada de esto hubiese pasado, donde nos hubiésemos conocido en un bar, habríamos podido acabar todas las noches juntos. Pero, como te he dicho antes, en esta realidad, no íbamos a durar.

―Mató a mis padres... ―sollozo.

―Así es, yo diseñé cada paso de ese plan meticulosamente.

Lilith: ave de fuego [COMPLETA | SIN EDITAR]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora