VI. La Cazadora

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La noche pasa sin ningún altercado, a veces recuerdo a Skylar y a veces pienso en teorías que podrían dar respuesta a mi confusión pero hay una especie de muro en mi mente que me impide avanzar, me falta información y nada de lo que ha estado sucediendo tiene lógica.

Duermo unas cinco horas, despierto a las nueve, me ducho, visto y desayuno. Lo mismo de siempre, la diferencia es que hoy no voy a pasar mi día libre leyendo, practicando con las armas o mejorando mi técnica de lucha, no, hoy voy a salir al mundo exterior. Desde que me uní al ejército hace seis años sólo he salido para luchar o para entrenamientos especiales, aunque algún día me gustaría que me diesen permiso para formar parte de una misión de investigación, he oído que son divertidas.

La señora que está en la oficina central me mira extraño cuando le pido permiso para salir de la base, «¿vas a ver a algún chico?» me pregunta con sonrisa pícara, bajando sus gafas con el dedo índice, mi respuesta es mirar directamente al papel que me ha dado para firmar y sonrojarme, voy a ver al Capitán Heller, no a un chico. No tengo interés en ningún chico, chica o ser vivo que tenga la capacidad de hablar y no sea un loro. La mujer se queda con una copia del papel, en el que pone que debo estar de vuelta a las ocho de la tarde o antes. Tienen todo bien atado. Guardo mi copia en el bolsillo y salgo de allí andando a paso ligero.

Son las diez, por suerte hay un coche de motor en la puerta esperándome, cortesía del Capitán. Los nuevos modelos de coches tienen estructura de metal, para mi gusto un poco arcaica, estas máquinas dejan salir gases que huelen a veneno y son extremadamente ruidosas, no me gustan en absoluto. El conductor me da los buenos días y nos ponemos en camino.

Es extraño dejar la base atrás y ver la nada que la rodea en una situación en la que no tengo que luchar, ni estar en guardia constantemente pero para mí es casi imposible relajarme, mi mente dejó de funcionar como la de una persona normal hace años, no puedo bajar la guardia. En el camino el chófer me dice que vamos a Lia, la ciudad más cercana a la base y capital de Ylin, el Estado en el que vivimos. Hace años Egia era parte de Ylin, pero, cuando un nuevo Gobierno llegó al poder, se trató con injusticia a los campesinos que vivían en la zona de Egia, «como si tuviesen menos valor que los pijos de la ciudad» solía decir mi padre, el pueblo se enfrentó, Egia logró separarse de Ylin tras una guerra civil y se construyó el muro que nos separaba tanto a Zariah y a mí, como a muchas personas de los familiares que decidieron quedarse en el antiguo Estado. Desgraciadamente, esto no consiguió eliminar las rencillas entre Egia e Ylin.

La entrada a Lia es majestuosa, la carretera tiene árboles frondosos a ambos lados cuyas hojas comienzan a tomar un color anaranjado, aquí el otoño siempre llega antes. El bosque se abre para presentar la ciudad, con calles de piedra, gente por todas partes, puestos, casas con paredes de piedra, algunas adornadas con hiedra y flores en las ventanas. El viejo hombre que conduce el coche me deja en una pequeña plaza que tiene una fuente en el centro, hay niños riendo y correteando alrededor de ella. No estoy acostumbrada a esto, me siento un poco mareada. Antes de que el mareo me tumbe decido sacar la tarjeta que el Capitán me dio anoche y localizo la plaza en la que me encuentro en el pequeño mapa, sigo el camino cuidadosamente, atravesando calles estrechas y vacías hasta toparme con una taberna con aspecto antiguo pero limpia, al menos eso es lo que se puede apreciar desde fuera, en su cartel está el mismo nombre que en la tarjeta: La Cazadora. Cuando empujo la puerta para entrar se oye el suave sonido de una campanita, no hay nadie más que un camarero tras la barra y un hombre sentado, con los brazos apoyados en ella. Me percato de que hay un reloj colgado en la pared de la derecha, son las once en punto, ¿dónde está el Capitán?

― ¿Puedo ayudarte, jovencita? ―pregunta repentinamente el camarero, mientras limpia un vaso con un trapo.

― Estoy buscando a un hombre alto, pálido, pelo oscuro...

Lilith: ave de fuego [COMPLETA | SIN EDITAR]Where stories live. Discover now