Capítulo 11: Bienvenidos de vuelta

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El tiempo que recorrieron para llegar al lugar fue de alrededor de dos días, se encuentra cerca de Sunagakure, al suroeste.

A diferencia de la mayoría área desértica, este era más bien como un oasis en el desierto.

Montañas rocosas de gran tamaño impedían un desplazamiento adecuado, pero, como ya sabían el camino, no les tomó mucho tiempo llegar.

Solo cuando estuvieron a pocos metros de la entrada, ambos bajaron de un salto del cúmulo de papeles.

Hajime sostenía el cuerpo del Kasekage sobre su hombro derecho, Konan regresaba los papeles a un pergamino,

Los anillos en sus dedos brillaban a la luz del día, cruzaron la puerta zen, que daba hacia una roca enorme que ocultaba la entrada.

—¿Llegamos a tiempo? —preguntó Hajime—. ¿Tú chico no nos molestará?

—Sí, hemos llegado —dijo Konan—. Lo último está de más, deja de molestar.

—Alguno de nosotros tiene que hacer ruido —dijo Hajime.

La enorme roca giro hacia el costado cuando se quedaron de pie el suficiente tiempo.

Adentro era la oscura cueva, humedecida en las paredes y el suelo. Una vez dentro, la roca se volvió a colocar en el mismo sitio.

Ni unos minutos pasaron, una figura se hizo presente, su aspecto apenas visible.

Su rostro fijó al Kasekage en el hombro de Hajime, cerró los ojos.

—Muy bien, podemos comenzar.

—Líder —dijo Hajime—. He cumplido, aunque no debiste enviarme con Konan, todo el trayecto conversaba y me tenía un poco hostigad... ¡au! No era necesaria la agresión...

Hajime dio un masaje a su cabeza.

—Tú te lo buscaste —dijo Konan.

—Hajime —dijo Pain—. Hablaré con ella por unos momentos, ¿no te importa?

—La verdad es que sí, me pondré un poco celoso —dijo Hajime—. Pero resistiré.

Pain y Konan dieron pasos hasta alejarse una distancias prudente de Hajime, aplicaron el ninjutsu correspondiente para que no escuchara la conversación.

—Dice mentiras, Nagato —dijo Konan, arrepentida—. Lamento mucho eso, si me dices que te incomoda, puedo matarlo en este lugar y...

—No es necesario —dijo Pain—. El es importante por ahora, aunque... quisiera hablar de eso.

Notó su actitud seria, Konan no podía hacer otra cosa que escuchar atentamente cada una de sus palabras.

—¿Ha cumplido con la orden? —dijo Pain—. Si es así, ¿cómo lo hizo? ¿hubo un momento en que se detuvo?

—Respecto a lo primero —Konan observó a Hajime, sentado—. Es correcto, la cumplió, no requirió de mi ayuda. Surgió un problema durante la obtención del Jinchuriki, en particular, el Ichibi se liberó de su huésped.

—¿Significa eso que tengo que temer algo?

—No, claro que no. Es fuerte —dijo Konan—, pero se nota que fue una batalla reñida, aunque a su edad con ese poder, será peligroso más adelante. Sobre lo otro, lo hizo sin compasión.

—Ha cumplido lo que he dictado sin pestañear —dijo Pain—. Por ahora estará bien...

—¿Puedo regresar a casa? —dijo Konan.

—Sigue vigilando, no puedes volver hasta que te lo mande. Lamento que todo sea tan malo...

—N-No... —dijo Konan—. Lo que ordenes estará bien, si solo es un poco de dolor, estará bien para mi. Solo que... hemos planeado esto durante tanto tiempo, pensar que el plan comenzó, me hace sentir que la humanidad tiene salvación, estás actuando... pero no estoy ahí.

—Estarás ahí, Konan —dijo Pain—. Amegakure fue solo el primer paso, cuando capturemos al último Jinchuriki, será la paz. Pero solo a partir de ahí, podremos estar libres.

—Entiendo.

Pain levantó su mano y se deshicieron todos los ninjutsu.

—¿Ya está? —dijo Hajime—. ¿Cuando será la boda?

Esa actitud burlona le disgustaba a Konan, lamentablemente, no podía hacer otra cosa que vigilar su comportamiento.

—No habrá boda —dijo Pain, como si no le importara—. Pero si una una celebración.

El cuerpo del Kasekage en el suelo, la siluea de Pain se acercó, sus manos se movieron fugaces.

—¡[Gedo Mazo]! —Pain chocó sus palmas contra el suelo.

La tierra comenzó a moverse, tanto Hajime como Konan se alejaron lo más rápido posible.

—Sorprendente, yo no puedo hacer eso —dijo Hajime.

—Será mejor que veas bien, Mitarashi Hajime —dijo Konan.

—¿Eh?

Medio cuerpo salió de la tierra, compuesto de madera, figura que asemejaba a un antiguo ser.

—Este es el primer paso hacia un futuro mejor, el puente de paz que llevará a la humanidad a completar su existencia.

Tres cuartos del cuerpo salieron a la superficie.

—Para que no haya más guerras, para que se acabe el sufrimiento y el dolor. Esa es la razón de Akatsuki, para que el amanecer sea igual para todas las personas.

Siete octavos del cuerpo salieron a la superficie.

—Pain es el puente que unirá a todos —dijo Konan—. Puedo asegurarte, que el sacrificio de unos cuantos valdrá la pena, te lo aseguro. Nuestras manos no están sucias, Hajime, están bañadas en agua pura y cristalina, aquellas que bañaran al mundo en misericordia.

La cueva dejó de temblar, el Gedo Mazo estaba de pie, imponente, con su brazos extendidos, las manos abierta, las pestañas cerradas.

—Se lo crees mucho —Hajime miró al Gedo Mazo..

—Eso es cierto —dijo Konan, satisfecha—. Se lo merece.

El anillo de Konan comenzó a latir, Hajime también sintió el suyo.

Los dedos del Gedo Mazo se rellenaron con figuras semejantes a Pain, algunos parecían totalmente ordinarios, mientras otros tenían aspectos poco comunes.

Solo lo mejor de lo mejor estaba aquí, ninjas de la más alta capacidad de combate, renegados de la vida, usaran ella para satisfacer un bien mayor. Nada hacía palpitar más el corazón de Konan.

—¡Bienvenidos de vuelta! —gritó Pain—. Comenzaremos la extracción del Biju.

Unos sonrieron divertidos, otros se quedaron neutrales en sus lugares.

Hajime y Konan saltaron a los dedos del Gedo Mazo.

Al mismo tiempo, hicieron un sello con su mano derecha. El cuerpo del Kasekage comenzó a elevarse, rayos de luz emergieron del cuerpo del Kasekage, dirigidos hacia el ojo del monumento.

Naruto Shippuden / IridiscenciaWhere stories live. Discover now