Capítulo 111: Yo... soy...

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Uchiha Madara avanzó por el camino arenoso por bastante rato y sin detenerse por ningún momento, aunque desagradable, este cuerpo le ofrecía chakra y resistencia ilimitados, al menos para el ser humano común. Podía avanzar de un lugar a otro sin hacer el menor esfuerzo, y eso era algo para estar contento.

Probablemente su copia ya se había enterado de que ya no tenía control de él, así que no tenía que perder el tiempo, estaba junto a una pradera, viendo campamentos. Le fascinaría tener una batalla épica contra todos estos, pero desde que estaba apurado, solo tenía que capturar a un soldado.

Madara tiró la piedra esperando que esta rebotara y llegara al otro lado, golpeó el suelo al ver como se quedó a medio camino. Entonces, fue que detrás de él, un chico apareció con una roca en su mano que lanzó hacia el río, a diferencia de él, llegó al otro lado. Era un niño de cabello corto, con una camisa blanca y unos pantalones del mismo color amarrado con un lazo rojo, además de tener un lazo rojo, su nombre, era Hashirama.

—Dime todo lo que sabes sobre la guerra de inmediato —Uchiha Madara impidió que la voz del hombre se escuchara demasiado fuerte.

Entendió los objetivos generales tanto de la alianza y lo más importante, la ubicación de su enemigo.

Madara y Hashirama se entendían demasiado bien, aunque sus personalidades fueran diferentes. Madara confiaba en sí mismo al punto de ser arrogante, Hashirama se deprimía cada vez que alguien le gritaba o insultaba; aún así, ambos compartían un objetivo en común, eso, tal vez, los hacía los mejores amigos, en una época en que la capacidad de matar era la supervivencia en el mundo.

La arena bajo sus pies, varios Zetsu Blanco estaban en la entrada de Sunagakure, hace tiempo que no había estado. Pensaba que tendría que entrar a la fuerza, por eso fue con todo, pero el otro no había llegado tan lejos, los Zetsu lo recibieron como si fuera un invitado especial, a diferencia de estos ninja, dijeron llamarse: Kisame, Deidara y Sasori. Tendría un buen baile esta vez.

¿Cuál era ese objetivo que ambos compartían? Bueno, esta surgió con otra pregunta: ¿por qué tenemos que matarnos? Las guerras, la sangre, las muertes. Ellos esperaban que algún día todo se volviera estable, para poder vivir en este mundo tranquilos, esto a pesar, que desde que alcanzaron mayor edad, sus luchas eran constantes. ¿El mundo en el que vivían los había consumido?

Mató a estos molestos seres, Uchiha Madara pensó que su copia (de quien no recuerda el nombre) estaría muy desesperado, no se esperaba que escapara del control del [Edo Tensei], al menos no tan rápido, demasiado ingenuo, se estaba metiendo con él. Los Zetsu inclinaron sus cuerpos a medida que él pasaba.

En ese tiempo, pensaban que no. Una vez que los dos fueron los líderes de sus respectivos clanes, no dudaron ni por un segundo en estrechar sus manos para dar la paz. Madara aceptó, a pesar de que su hermano había muerto debido al hermano de Hashirama. Era un precio pequeño a pagar y era... por el bien de todos.

Ingresó al lugar subterráneo señalado por los Zetsu, se encontró ahí a su copia, con una máscara y girando su cabeza con preocupación hacia él. Se encontraba alimentando al Gedo Mazo con lo que parecía ser un Jinchuriki. Ahora que estaba aquí, no tenía que correr, por lo que se sentó y preguntó en forma amena: ¿Ese es el último Jinchuriki? Su copia no respondió por varios minutos, parecía perdido en sus pensamientos, un grito hizo que este reaccionara. Su copia había fallado, era una lástima que sea un Gedo Mazo incompleto, al final, tenía que encargarse.

Junto a Hashirama fundaron la "Aldea Oculta entre las Hojas" o "Konohagakure no sato", única en su tipo, esperaba poder vivir en paz en este momento, aunque debía admitir, extrañaba la lucha. Fue un día que surgió algo, escuchó un pedido extraño, Hashirama era pedido para dirigir esta nueva historia y él aceptó.

No debía de subestimar el poder del [Mangekyou Sharingan], a pesar de que su copia se resistió al principió, logró introducirlo en un Genjutsu poderoso junto a la ayuda de Zetsu Negro. Uchiha Madara, conocedor de varias técnicas, logró transferir el control de todos los [Edo Tensei] a sí mismo, tal vez podría usar a los tres de afuera, podrían aparentar estar vivos, ¿quien sabe? A lo mejor ganaría tiempo. Nunca había hecho este tipo de cosas por su cuenta, sentado, observó como el cuerpo del joven perdía color poco a poco, mientras el ojo del Gedo Mazo se abría poco a poco.

No solo era eso, poco a poco, Madara fundador perdía beneficios que le eran dados sobre la aldea, pero eso no era lo que más le dolía, le dolía que los Uchiha sean desplazados. Le dolía, que ahora que su sueño se haya cumplido, él fuera desplazado. Huyó de la aldea, para evitar esta humillación que sufría. Una pequeña idea surgía en su mente: ¿por qué tengo que ser yo el desplazado?

Ordenó a un Zetsu y este entregó los cuerpos muertos de "Akatsuki" que estaban en la entrada, usó [Edo Tensei] en ellos y suprimió sus personalidades, les ordenó usar el [Henge], eso era lo mejor que podía ofrecerles, luego, como si no ocurriera nada, aguardaron afuera de la entrada.

Esa pregunta no era respondida, por lo tanto, encontró una respuesta a la fuerza. Robó al Kyubi y reto a Hashirama por el control de Konohagakure, estos se encontraron y tuvieron una batalla, donde al final, cuando los dos apenas y tuvieron fuerzas para caminar, Madara fue atravesado con una espada por la espalda, sus últimas palabras frente a él, fueron: yo... soy... Uchiha Madara.

Su copia se movió por el suelo como un gusano, con la sangre chorreando del estomago, todavía con vida, porque se lo permitió.

Hashirama dejó caer su cuerpo por la cascada, donde una vez más humillado, tuvo que ocultar su existencia ¿su voluntad iba a caer de esa forma? Conoció a este ser, Zetsu Blanco y Negro, quienes le correspondieron eso y fueron capaces de fingir su muerte.

—¿Por qué me haces esto a mí? —preguntó su copia—. Íbamos a tener el sueño perfecto...

—Claro que lo vamos a tener, Uchiha Madara.

—Pero yo no soy... —su copia golpeó el suelo en frustración, incluso con su voz quebrada—. ¡Eso no era el trato! ¡Yo... soy...!

Uchiha Madara movió su brazo y cortó su garganta al instante.

—Eres Uchiha Madara.


Naruto Shippuden / IridiscenciaWhere stories live. Discover now