Capítulo 72: Despedida bajo la lluvia

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Estaban una frente a la otra, sus mochilas listas para partir.

—¿Te crees lo suficientemente capaz niña? —preguntó Anko—. Incluso la otra vez... sabes lo que ocurrió.

Karin no cedió ante su palabra.

—No es sobre ser capaz —dijo Karin—. Es algo como un deber, no me agrada Hajime-kun, lo odio y lo detesto, pero no puedo ser capaz de quitarme sus palabras aliviadoras de la cabeza, porque sé que ha hecho mucho bien antes, es mi deber.

—¿Tú deber?

—Así es, mi deber. Si en ansia de poder va a perder todo lo que lo hacía especial, entonces no quedará nada de él, todos están sufriendo y por eso quiero que tengan todavía un buen recuerdo. He estado conversando con esta amiga, que todavía piensa que hay esperanza y yo... no creo en esas cosas, solo creo que se está comportando como un asesino y no me gusta.

—Suenan a las palabras de una obsesiva compulsiva —dijo Anko—. No te creas por encima de mí, niña.

Anko empujo dos veces el pecho de Karin.

—No tienes opción, me llevarás.

—¿Por qué, me pregunto yo?

—Porque tú tampoco estas segura de poder vencerlo, ¿qué harás ahí?

—...

«Niña astuta...», pensó Anko.

Hajime se lo había advertido, que ella puede sentir cuando una persona miente, si dijera algo que la delatara sería muy malo.

Claro, tal vez podría malinterpretarlo, que en realidad todavía guardaba sentimientos y esas cosas, que lo hacía, sin embargo, esa sospecha podría llevar a otra y luego a otra.

No entiende porque tantas molestias con esta chica, solo... ¿qué hará ahí? En poder, hay varios que la superan...

Ahora, si solo fuera para que sea torturada aún más, eso sí sería muy irresponsable y malo de su parte, se merecería una reprimenda.

Karin dejó de cruzar sus brazos y con satisfacción le regaló una sonrisa a Anko.

—Tsunade, Danzo y Kakashi, poderosos ninja, si tuviera que elegir enfrentarme a uno, sería a Kakashi, aún así, no creo poder derrotarlo —Anko levantó su dedo—. Iremos a Kumogakure y esperaremos cerca de la frontera, con la gran cantidad de ninjas ahí nuestros chakras no serán tan fáciles de encontrar.

Anko no tenía las habilidades de sigilo de Karin, esto, porque era más útil en salas de investigación o para torturar.

—Entonces, nos marchamos —dijo Anko.

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—¡Oye, Hajime! ¡Despierta de una vez!

Hajime sobó sus párpados, estiró ambos brazos y se dejo caer de nuevo al mueble.

—Ya es hora, te desperté —dijo Konan.

Hajime dio un bostezo de nuevo y se sentó, con los ojos somnolientos todavía. Tenía que admitir que hace tiempo que no dormía así de plácido, no desde que se había marchado.

Su atención se enfocó en la líder de Amegakure, quien todavía seguía escribiendo a estas horas, habían bastantes papeles todavía en su escritorio, se quedaría un buen tiempo.

El sol atardecía y sabía que necesitaría un café, podría conseguir una en la tienda.

Desapareció en un resplandor, el señor con sorpresa: ¿cómo está? Dos cafés por favor, claro, aquí están.

Naruto Shippuden / IridiscenciaWhere stories live. Discover now