Capítulo 25: Kabuto

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Por como había huído, Hajime sabía más o menos la diferencia de poder, pero él era como un perro cazador: molesto, insistente, asegurando a su presa. Kabuto no podía despreciarlo, mientras corría por la casa provisional, a toda velocidad, sin preocupación de sus libros (porque todo lo que hizo está en su mente).

Había escuchado hablar de Akatsuki, de hecho, fue su maestro Orochimaru que se unió por un tiempo con ellos, al final, debido a una disputa, él simplemente decidió huir, esto le causó su persecución intensa, aunque este intentaba suavizar la situación, haciéndose el valiente, Kabuto entendía que era un problema grave.

Pero él no era Orochimaru, no era su maestro, era un ser trascendido, alguien que ha dominado el modo sabio por completo, cosa que él no logró en toda su vida.

La búsqueda por una identidad propia, para salir de la sombra, fue precisamente eso, ser mejor que todos los demás, por eso mezcló los ADN con su propio cuerpo, para poder ser ese multiusos, ese ninja capaz de lograr todo.

Mientras residía aquí, un lugar un tanto alejado y desconocido, tomaba rehenes por la noche, paciente, intermitente: para que se preocuparan. También, en caso de que ninjas se acercaran a evaluar la situación (que no serían muchos obviamente), dejaba señales, para que sin la menor duda posible, se acercaran.

En los alrededores del Puente del Cielo y la Tierra, era como un radar viviente, los sentidos animales en su interior, le hacían percibir el mundo distinto, detectó de manera fácil a esos dos intrusos, de gran poder pero inferiores. Debía estar lo mejor que pudiera para la ocasión, eso tenía que ser, había que jugar un poco con ellos, que se cansaran, fue una sorpresa y alegría que se separaran, de ese modo, el primero que llegara a cierta habitación, pagaría caro.

Saber de esos dos, especies que eran únicas, hizo temblar a su corazón de la alegría, poder conocer el funcionamiento de la chica de Akatsuki, Konan. Poder obtener el cuerpo de Mitarashi Hajime, del prodigio.

¿Que tanto podía ser cierto de él? Todas las cosas asombrosas, su ADN compatible con cualquier cosa... era cierto, él podría ser el perfecto humano, perfecto recipiente para que él siga investigando, dejar este cuerpo.

El plan, sin embargo, no salió del todo bien, Konan fue la primera en entrar, planeaba dejarla en estado de inconsciencia y envenenarla, para sobornar a Hajime, pero este simplemente lo ignoró, e hizo alguna estrategia para tomarla. Ese tipo no era estúpido, lo más probable es que saque algún ninjutsu para sanarla.

Aspiró el oxigeno de la habitación, hacia la dirección de la puerta oeste, ellos estaban corriendo ahí, Kabuto, que conocía este lugar como la palma de su mano, no dudo ni un segundo, en que llegaría primero que ellos.

En primer lugar, romper estas paredes no era asunto fácil, para el nivel que logró calcular de Mitarashi Hajime, no va a desperdiciar su Chakra en ello, también le pareció curioso que las paredes se restauraran solas, lo más probable, es que de lo concentrado que estaba en Konan, no detectara que Hajime estuviera haciendo experimentos con la composición del lugar.

Kabuto, sumiso en una concentración increíble, detecto a Hajime, estaba yendo a la puerta de entrada, se equivocaba en ciertas partes, por lo que, ese era el momento preciso.

«Tuvo mucha suerte», pensó Kabuto, «Pero no le durará tanto».

A juzgar por la velocidad, podría alcanzarlo más fácil, ahora que ya no se encontraba en el laberinto.

En cuestión de segundos, estaría en su espalda, una sonrisa escalofriante se asomo por su rostro, pero entonces, algo lo distrajo.

«¿Por qué no sigue corriendo?», pensó.

¿Tal vez sabía que era inevitable? El veneno también le estaba haciendo efecto, capaz era por eso también, todo estaba jugando a su favor.

Cuando finalmente salió, cubrió sus ojos por un momento del sol, él estaba más acostumbrado a lugares oscuros. Ellos estaban ahí, Konan, la chica, estaba en el suelo, su rostro tornándose morado, de cuerpo entero, habría sacado todos los papeles que cubrían su cuerpo, ¿significaba que mantenía sus papeles por el chakra acumulado?

«Quisiera conocerla más a fondo...», Kabuto conservó ese pensamiento para sí mismo.

Hajime, en frente de ella, también tenía el rostro pálido, tornándose (aunque solo un poco) de color morado, su respiración se hacía cada vez más pesada.

—¡Konan! —gritó Hajime, alarmado.

Ella comenzaba a escupir sangre por su boca, eso era algo muy bueno.

—Los dos están envenenados —dijo Kabuto—. Lo siento, me puse un poco nervioso con su llegada, no me dejaron otra opción. A Konan-san no le quedan más de dos horas en el mejor de los casos, a ti, Mitarashi Hajime, un día. ¿Por qué no dejamos los enfrentamientos a un lado y entran nuevamente? Los entregaré la cura sin problemas, si dejan que les hable sobre un asunto grave, un asunto que compete a Akatsuki.

—¿A qué te refieres? —Konan con los ojos entrecerrados, limpiando la sangre con su manga.

Los ojos de Kabuto brillaron al captar su atención.

—Tengo la información de todos ustedes —dijo Kabuto—. Excepto por ese chico, Tobi, por más que haya intentado localizarlo, no encuentro registros de él, ¿me preguntaba si conocían algo?

—No, solo se acercó con una propuesta ese día —Konan bajó los ojos.

—¿Ese día? —preguntó Kabuto—. Um... ese debe ser un tema de discusión adentro, por favor, entren.

Aunque ellos habían contestado tan casualmente, Hajime todavía conservaba el semblante serio y Konan, si pudiera matar solo con la mirada, lo haría.

—Preferiría matarme, que hacerle un mal a Pain —dijo Konan—. No tenemos que hablar de nada.

—Eso es una lástima —dijo Kabuto—. No me gusta mucho usar la violencia.

Hajime se colocó al frente de Konan, este con dificultad manteniendo su postura firme, al parecer, eso había sorprendido a Konan.

—Tú estás bien, Mitarashi Hajime —dijo Konan—. Escapa, no tienes porque seguir aquí, es una tontería lo que haces, prefiero que tú tampoco seas una carga para él, me tomaré esto y...

—Los dos estamos bien, Konan —respondió—. Nos sacaré a los dos de esta.

«El perro muestra sus dientes, excelente», pensó Kabuto, «Ah... bien... de todos modos no esperaba que acabara tan pacífico».

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora