Capítulo 113: Resistan

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Volaron por encima de los Zetsu Blanco, quienes amontonados en la aldea, parecían un grupo de hormigas sin dirección ni rumbo. Konan hizo que bajaran un poco más hasta encontrarse con ellos en un ángulo de 45 grados. Hajime y Sasuke realizaron sellos con sus manos.

—[Katon: Gokakyu no Jutsu] —dijeron al mismo tiempo.

En la dirección que apuntaban, los jutsu se combinaron, un gran grupo de Zetsu Blanco observaron con curiosidad, hasta que fueron devorados por la técnica.

La entrada estaba relativamente libre y no podían seguir desperdiciando el tiempo, Hajime levantó su mano en forma de puño y miró a todos, estos con una sonrisa asintieron y golpearon sus puños.

Hajime, Karin y Minato aterrizaron en la entrada de Sunagakure mientras que Ino, Sasuke y Konan se quedaron en los cielos.

La prioridad para Sasuke era llamar la atención en la medida de lo posible, por lo tanto siguió usando su técnica. Konan se movía encima del terreno de Sunagakure todo lo que podía, cuidándose de elementos ajenos a su voluntad, e Ino estaba en las mismas circunstancias.

Fue entonces, mientras seguían atacando a los Zetsu, que un ave de color blanco apareció, llevaba encima a un hombre de cabellos amarillos y su rostro desbordaba soberbia.

«Ese debe ser Deidara», pensó Sasuke.

—Abajo, dos enemigos —dijo Ino—. Por su apariencia, deben de ser Kisame y Sasori.

A pesar que debería estar temeroso porque tenía que enfrentar a enemigos de ese calibre, una parte en su ser estaba tranquilo, pues significaba eso que ellos estaban en camino sin ningún contratiempo.

—Será como acordamos —dijo Sasuke—. Konan se quedará aquí, Ino y yo bajaremos.

—No te haría mal tener algo de respeto —dijo Konan—. Baja de una vez, mocoso.

Sasuke junto a Ino bajaron y sus cuerpos volaron por los cielos hasta aterrizar al frente de Kisame y Sasori. Así, rodeados por los Zetsu y con dos ninjas de extraordinario nivel en sus alrededores, comenzó la batalla.

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Karin sabía si no fuera por los ninjas que tiene a su costado, una vez que habían aterrizado, sería más complicado ejecutar su plan. Usaron [Henge] para simular a los Zetsu Blanco y Hajime se encargó de la esencia. Avanzaron tomados de la mano y Minato con cautela lanzaba kunai especiales de un lado a otro para realizar el [Hiraishin no Jutsu].

Lo habían logrado, llegaron a las puertas del edificio del Kasekage.

A diferencia de las calles de Sunagakure, repletas de Zetsu, Hajime no podía detectar ninguna presencia aquí.

—Puedo sentir su presencia —dijo Karin, al abrir los ojos—. Si existe una puerta trasera en este edificio, tenemos que buscar un espacio para ir bajo tierra.

—¿Bajo tierra? —preguntó Minato, pateando el suelo.

Caminaron por la oscura sala, levemente iluminada por las lámparas de fuego. Volvieron a las calles de Sunagakure con sumo cuidado, y como afirmaba su percepción, no había nada. Esto era debido a dos grandes muros de tierra a los costados, que se cerraban adelante en una circunferencia.

Estaban a unos pasos de entrar en unas escaleras que llevarían a un sitio, tanto Karin como Hajime estaban seguros de que el enemigo final se encontraba ahí.

Minato propuso ir al frente y los dos detrás, así lo hicieron.

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