Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 28: Si no te importa

—¿Qué haces aquí? —preguntó Konan, se recompuso de inmediato.

—Pasando por el camino, evaluaba su progreso con la misión —dijo Tob, avanzando delante de ella.

Llevaba una larga túnica negra cubierta con nubes rojas cubierta de nubes rojas, su mascara de color naranja tenía la forma de una espiral, solo dejaba un único ojo visible.

A diferencia de las reuniones de Akatsuki, su voz fue la misma cuando se presentó ante Yahiko, Nagato y ella; una voz grave.

—Veo que han tenido un enfrentamiento muy largo —Obito fijó su atención en Hajime—. Que conveniente, entonces solo seremos tu y yo.

Tener que encontrarlo en sus condiciones, luego de una batalla, era la peor de los sucesos, en especial, no sentía ni una pizca de aprecio por ninguno de los integrantes de Akatsuki, sino fuer por Nagato insistiendo en que se llevara bien, lo más probable es que los mataría por la repugnancia que siente por ellos.

Pero este tipo, era diferente, un nuevo tipo de repugnancia que no podía explicar, sus palabras solo reflejan que esta en un juego, haciendo algo simple, despreciando a Nagato cada vez que tiene la oportunidad.

No le agradaba para nada, es por esa razón, que desconfía de él.

Guardo con recelo en pergamino que había encontrado.

—Podemos dejar al chico allí, no hay ningún animal feroz aquí —dijo Tobi, luego siguó al frente—. Salvo tú y yo.

Dio un vistazo rápido a Hajime, luego a los alrededores, sin que él se percatara, dejó un papel escondido en la ropa de este, solo en caso de que algo pasara en su ausencia.

Solo cuando caminó al lado de Tobi, recién se percató del hecho de que le estaba preocupando, pero, no dio rienda suelta a esos pensamientos.

—Desde que Pain notificó que iban al tipo más... "culto" sobre temas de ninjutsu —dijo Tobi—. Me sentí obligado a colocarme junto a ustedes a recolectar información para no incomodarlos a ustedes.

—¿Es eso así? —dijo Konan—. Que agradable eres...

—¿Noté algo de sarcasmo en tu voz? —detrás de su máscara, una luz rojiza se vislumbró.

—No me da miedo usted, Tobi —dijo Konan—. Deje los intento de intimidarme, si fuera tan amable.

Ninguno habló por un rato, hasta que Tobi soltó una carcajada.

—¡Qué amargada! —dijo Tobi, la luz roja dejo de emitirse—. Es increíble que sigas viva, Konan, en cierto aspecto, nos parecemos.

—Dime en que aspecto para cambiar de una vez.

—Si no tuvieras una razón tan fuerte para vivir, sea una persona o un motivo, no estaría viva, buscarías la muerte.

—... Deje de decir estupideces.

—Es lo justo. Ahora, ¿cuál de las puertas es? No quiero verme obligado a ponerme agresivo.

—No lo harías, me sumergirías en un Genjutsu antes de eso.

—Tienes razón.

No tenía otra alternativa más que acatar ordenes, si Hajime estuviera despierto, tal vez podría esperar otra cosa. Pero estos sucesos la han tenido muy sorprendida y ella no es muy buena adaptando estrategias rápidas de batalla.

El cuarto, de antes, una gran capa de hielo los envolvía.

—Siempre me ha sorprendido la capacidad de Hajime —dijo Tobi—. Es único en su especie, es bueno que esté de nuestro lado, por ahora.

Como si estuviera jugando, intentó no resbalar por el hielo, agarró un pergamino al azar de la tabla y procedió a leerlo.

Konan guardó con precaución el pergamino en su capa.

—Un simple ninjutsu de fuego, poderoso claro, podría aprenderlo —Tobi leyó el contenido del pergamino.

Entonces, se detuvo, dejó el pergamino en la mesa.

—Eso apesta —Tobi señaló la puerta.

Al acercarse a la puerta, en vez de tocar la perilla y entrar, simplemente su cuerpo se desvaneció, luego de unos segundos, reapareció.

—Cuerpos podridos y esas cosas, el tipo era un fanático en su oficio —dijo Tobi—. Bueno, no te preocupes por el resto, ya me has guiado y me has enseñado lo que tenías que enseñarme, yo me encargaré por completo de esto.

—Entiendo.

Konan avanzó a la puerta.

—Me alegra que seamos del mismo equipo, Konan, que hagas lo necesario por el futuro —dijo Tobi—. Verás que esto tendrá beneficios y tú terminarás por admirarme.

—Te odio, Tobi, que te quede claro. Así como eres como yo, también piensas en ti como un ser sin utilidad, ¿me pregunto cuando se te caerá tu máscara?

—Jaja, que graciosa.

—Me pregunto... ¿cuánto valdrá tu vida al final? ¿serás digno de ser contado? ¿simplemente serás ese ser descartado?

—Gracias por tus agradables palabras.

...

...

...

—Gracias —dijo Tobi—. Por concederme este pergamino [Edo Tensei].

Tobi leía el pergamino, claramente sorprendido por su contenido. Konan rebuscó entre sus ropas, el pergamino no estaba, era el mismo. Había pasado, solo bastaron segundos para que le quitaran en pergamino con el Genjutsu.

Había fallado.

—Todo esto pasara a manos de Akatsuki —dijo Tobi—. Nos serán de utilidad, muchas gracias, puedes retirarte.

—Jódete.

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Lo encontró despertando en el futón que les habían concedido, Konan dejó un té a su costado.

—Tuve un sueño terrible —dijo Hajime—. Sentí que una mujer muy hermosa me estaba llevando.

—¿Eso que tiene de malo?

—Que no estaba sonriendo —Hajime sonrió y señaló con sus dedos a Konan.

Konan rodó los ojos, desvió la mirada.

—... Después de que me trajiste ¿algo importante ocurrió? —dijo Hajime.

—Le conté a los aldeanos de aquí que no tienen nada que temer, que la amenaza a sido neutralizada, nos han permitido quedarnos aquí por una semana más.

—¿No suena a excusa para que crean en nuestras palabras?

—Así es, pero necesitamos un lugar donde quedarnos hasta el aviso de Nagato de la próxima misión, así que es una oportunidad que no desperdiciaremos, trabajaremos para conseguir comida.

—Ya veo... ¿algo más?

Konan apretó sus dedos contra la camisa, pensaba y pensaba.

—Después de la batalla con Kabuto, me encontré con Tobi, sucedieron cosas y él se quedó con todos los pergaminos. No confío mucho en él y... creo que espera que no te contara nada a ti por la misma razón.

—¿Oh? ¿Confías en mí? —Hajime observó el té humeante—. ¿No te lo vas a tomar?

—Idiota, es para ti —dijo Konan.

—¿Eh? ¿Tú... me das esto a mi? —preguntó Hajime.

—Claro, toma de una vez, fue una molestia prepararlo.

—Bueno... si no te importa.