Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 117: El poder de todos (2)

Hajime frente a Madara quedó inmóvil ante las presencias que se acercaban a su posición, incluso si no tuviera capacidades como sensor, lo notaría por la cantidad de gritos y pasos que se escuchan en todas las direcciones.

Varios espacios en particular eran los que le interesaban, por ejemplo, en un lado, un grupo de Zetsu Blanco eran mandados a volar sin ofrecer resistencia, fue el caso del equipo 10, conformado por el líder del grupo Maito Gai, junto a sus alumnos. El equipo 8 también estaba a la distancia; Shikamaru y Chouji también se acercaban.

Incluso sin la fuerza suficiente, los ninja promedio enfrentaban con ferocidad a los Zetsu Blanco.

Esto brindó a Hajime una sensación de calma como nunca antes la había tenido.

—Un montón de soldados vienen al combate —Madara cruzó sus brazos.

A pesar de las circunstancias, Madara se mantuvo impasible, sereno.

—¡Madara! —un grito en el cielo.

Una figura enorme se aproximaba a su posición, era Hashirama junto a Tobirama dentro de una figura de madera imponente, estos se interpusieron entre Madara y Hajime, por lo tanto, ambos no se veían.

Karin apartó a los Zetsu Blanco de su camino y corrió en dirección de Hajime, tomó su mano y lo apartó de la batalla.

—Fue idea de Naruto —dijo Karin mientras corrían—. Usar el [Hiraishin no Jutsu] de su padre, junto a las cantidades astronómicas de chakra que le ofrece el Kyubi, así es como pasó.

Shiro alzó vuelo para estar cerca de Hajime, ofreció su ayuda junto a Karin.

—Pero... lo saben, no tienen ninguna oportunidad de ganar...

—Así es, lo sabemos, nada de esto tendría sentido si tu mueres, lo he explicado a la mayoría y ellos entienden. ¡Estoy segura que tienes un plan B! Una forma de ganar, por eso, te ofrecí tiempo.

En su camino se atravesaron varios de sus compañeros de Academia junto a sus sensei, Karin detuvo la marcha.

—¡Lárgate de una vez! —dijo Kiba, Akamaru ladró—. Nos encargaremos.

Hinata apretó su puño en determinación, Shino asintió a Hajime en plena convicción.

—Tengo varias ideas, no pasará nada —dijo Shikamaru.

—Fue mi idea, yo les conté —dijo Ino—. Cuando esto termine, me lo agradecerás.

—Haz lo que tengas que hacer, ¡yo también lo haré! —gritó Chouji.

Sasuke aterrizó cerca a ellos con el [Mangekyou Sharingan], Naruto adquirió el [modo Kurama], el rombo en la frente de Sakura se expandió y Kakashi avanzó frente a ellos revelando sus ojos detrás de la máscara.

—Tómalo con calma —dijo Sasuke—. Hallarás la solución.

—¡Puede que incluso Sasuke y yo destruyamos al tal Madara de una vez! —dijo Naruto.

—¡Yo soy la doctora! —dijo Sakura, levantando al pulgar—. ¡No dejaré que nadie muera!

—Buena suerte, Hajime —dijo Kakashi—. Pero creo que ya está decidido que ganaremos, solo concéntrate.

—¡Ohh! ¡Hajime, tus llamas! —gritó Rock Lee.

—No los defraudes —dijo Neji—. Yo no lo haré.

Ten-Ten sostuvo el pergamino en sus manos, a la vez que concedió una sonrisa sincera a Hajime.

—¡Vamos grupo! —grito Maito Gai—. Nuestras llamas brillarán más, ¡Es hora de mostrar las hojas de otoño!

Los cinco Kage asintieron a Hajime, aún cansados y heridos, iban a continuar la lucha.

Pasaron por todo el grupo, Karin tomó de la mano a Hajime sin decir ninguna palabra. Una vez llegaron al edificio del Kasekage, cerró la puerta dejando de Shiro fuera. Obligó a Hajime a sentarse en el suelo.

—Escucha, pase lo que pase, escuches lo que escuches —dijo Karin—. Solo concéntrate, yo te protegeré.

El rostro de Karin se acongojó.

—... Deja de llorar —dijo Karin, no desvió la mirada de Hajime—. O yo también lo haré.

—Tonta, tú también lo estás haciendo.

—Es que si tú lo haces, yo también me pongo triste.

Ambos rieron por un rato, escucharon luego los gritos aterrorizados, Hajime tuvo que mantener la compostura.

—¡Shiro! ¡Gracias por todo! ¡Luego te llamaré, solo espera!

Dejó marchar a su invocación, luego realizó varios sellos más, juntó sus manos en la posición ideal para que se concentrase.

Escuchó a Karin de pie, dando pasos y caminando a su alrededor. Sintió la presión abrumadora de un ser que no era Madara, probablemente Maito Gai.

Escuchó a todos apoyándose entre sí y... él aquí.

Debido a sus acciones, varios más de los que deberían van a morir y no podía hacer nada para evitarlo. Esos pensamientos recorrían su cuerpo como un dolor, sin embargo, de vez en cuando, escuchaba a Karin ponerse frente a él, agacharse y examinarlo, como si solo su presencia dijera: todo está bien.

Y aunque no fuera así, por un momento, se lo podía imaginar.

Por todos lo que afuera se encuentran luchando, tenía que concentrarse lo más que podía.

¿Cuántos minutos habían pasado así? Cinco, diez minutos tal vez.

Faltaba poco. La presencia poderosa se había marchado, un rugido ensordecedor, la lucha de colosos que se enfrentan, que se rajan, que caen, gritos de dolor.

Solo un poco más, solo un poco más. Un sonido en la puerta, gritos de Zetsu Blanco, Karin se alejó, el sonido de la puerta rompiéndose, los Zetsu cayendo y Karin todavía en pie.

Ella estaba agitada, mucho más de lo que Hajime estaba.

Hajime abrió las pestañas por fin. Su casaca se rompió, dos alas blancas se desplegaron de ahí. Sus ojos eran como las de un ave rapaz.

Tocó el hombro de Karin, esta lo vio y asintió, confiada, como si hubiera valido su esfuerzo.

—Todos están al límite —dijo Karin—. Además, hubo una baja.

Karin y Hajime salieron del edificio, ya pocos Zetsu Blanco estaban en los alrededores.

Rock Lee llorando frente al cuerpo carbonizado de Maito Gai, Naruto en el suelo al igual que Sasuke, los demás compañeros ya en su límite y sin poder moverse.

—¡Sé que soy egoísta! —gritó Hajime—. ¡Pero quien todavía se pueda mover! ¡Venga y ayúdeme, por favor!

Naruto se levantó como pudo, al igual que Sasuke. Sakura activó el [Byakugo no In] para que sus heridas sanaran al instante. Rock Lee secó sus lágrimas y se puso de pie, al igual que Neji.

—¡No hace falta que lo dijeras! —gritó Naruto—. ¡Nos íbamos a poner de pie de todas formas!

—¡Ja! La última resistencia —dijo Madara—. Bailemos, entonces.