Capítulo 52: Comprendo

756 81 2
                                    

Naruto regresó a su casa, se desvistió, golpeó su cama, se puso el polo y un pantalón sencillo, junto a su sandalia. Luego de eso, sus pasos lo llevaron a un recorrido por toda Konoha, mientras miraba al frente, pero sin prestar atención a nada en particular.

El color claro del día se volvió naranja, no tenía mucha hambre, así que no comió nada, seguía pasando y observó a los padres felices con sus hijos, las ordenes de un jefe a su empleado.

Cuando Konoha se envolvió en oscuridad y los focos se prendieron, su última parada fue un parque, que ya vacío, era perfecto.

Un sonido en su barriga, no tenía ganas de comer algo muy pesado, por eso se fue una tienda general, ahí vio esas paletas que se separaban en dos, lo compró y salió.

Iluminado, sentado en una banca, las paletas no habían sido divididas, se derretían, las gotas cayeron.

Una combinación de agua y helado.

—¡N-Naruto-kun! —escuchó a su costado.

Con un poco de resignación subió la cabeza, ahí estaba ella, ¿su novia? algo así. Estaba con sus ropas de entrenamiento, con sudor y un rostro acongojado.

Naruto levantó su brazo para secarse las lágrimas.

—Lo lamento mucho —dijo Hinata, inclinó su cabeza—. Me acabo de enterar por Neji-niisan y yo... vine lo más rápido que pude, pero... lo siento.

Hinata se sentó a su costado, no habló después de eso.

—Es un poco molesto —dijo Naruto—. Cuando quieres que sea un buen día, te pasa esto, estoy muy cansado. He recorrido toda Konoha... ni siquiera sé porque... estoy hecho un lío, no puedo pensar con claridad.

—Sí, tú eres muy resistente —dijo Hinata—. Siempre me sorprendes.

Hinata sacó un trapo y comenzó a pasárselo por su cara, quitando el sudor.

—¿...Cuando tu madre murió? —preguntó Naruto—. ¿Qué hiciste?

—Ah... —Hinata rió, incomoda—. Eso... yo no soy tan fuerte como tú, me pase llorando como dos días o tres días... más o menos.

—Las cosas están fuera de mi control, Hinata —dijo Naruto—. Tú... ¿qué aprendiste? Con eso, con lo de tu madre.

—Que a partir de ese momento, no había nadie que me viera —dijo Hinata—. Verás, mi padre no era, ni será nunca, un tipo sociable y creo que intenta ser bueno, pero a veces me decepciona. Mi hermana tampoco quiere hablar mucho de ello...

—Entonces, ¿te quedaste sola?

—Por un tiempo así fue —dijo Hinata—. Pues los días pasaron y creo que aliviaron ese sufrimiento, luego... conocí a este tipo, con el que pase la mayor parte de mi tiempo, fue un gran amigo.

—¿En serio? No recuerdo que hablaras mucho con alguien...

—Sí, tampoco te dabas cuenta mucho de mi... era un poco triste, porque me gustabas desde ese momento.

—¿... en serio? ¿Por qué te enamorarías mí? —dijo Naruto—. Era torpe, llorón, nada le salía bien, conflictivo, el peor tipo de persona que te puedas encontrar.

—Me gustaba que se esforzara —dijo Hinata, sonriendo—. Cada vez que lo veía... que te veía, Naruto-kun, me daba ganas de seguir esforzándome, porque yo te veía ejercitando afuera del colegio, e intentando memorizar los ninjutsu, por eso me gustas.

Naruto bajó la cabeza al suelo, luego sonrió.

—Pero tú eres única en tu tipo —dijo—. Yo quería que él me viera como lo haces tú, solo he hecho tonterías en su delante. Quería que él me viera convertirme en Hokage.

—Naruto-kun —dijo Hinata—. ¿Sabes que también aprendí?

—¿Qué cosa?

—A apreciar esos momentos maravillosos que pase —dijo Hinata—. Puede que nuestros seres queridos mueran, pero mientras recordemos quienes fueron, no lo harán realmente.

Hinata levantó la cabeza de Naruto.

—¡Así que alégrate Naruto-kun! —dijo Hinata—. Tú sigues vivo y puedes seguir experimentando esos sentimientos, puedes llorar, angustiarte y amar. Sé que al principio será difícil de creer, pero solo... sé tu mismo, creo en ti.

Hinata se acercó lentamente hacia el rostro de Naruto, directo a sus labios.

###

Estaban escondidos, detrás de un árbol, entre los pastos de un patio.

—Sasuke —dijo Sakura, con un rostro amargo—. ¿Ya terminaron?

—Sí —dijo Sasuke—. Creo que ya podemos hablar con él. He de admitir que es muy buena en esto, fingir que lo escuchó de alguien más, fue una buena idea buscarla.

Sakura abrazaba sus piernas.

—¿Sasuke?

—¿Sí?

—Tengo mucho miedo —dijo Sakura—. A este paso, me quedaré sola, siempre he intentado encontrar a esa persona ideal y cuando lo encuentro, ya está ocupado.

—No me incumbe en particular —dijo Sasuke—. No me interesan esa clase de relaciones.

—¿No te interesan en lo más mínimo? —preguntó Sakura—. Entonces... si a los 18 años no tienes nada, ¿podrías...?

—Que desagradable —dijo Sasuke—. Ser usado como el sustituto.

—Sí, supongo —dijo Sakura—. Pero es una buena idea, de todos modos, todavía falta aclararme, aunque desde ya pienso que todo va a salirme mal.

—Me desagradas, Sakura —dijo Sasuke—. No haré eso.

—¡Dos veces que soy desagradable! ¡Ya cálmate! —dijo Sakura.

Sasuke bufó.

Hinata y Naruto se habían tranquilizado, estaban a punto de tocar las manos del otro, el momento oportuno en que salieran.

—Naruto —dijo Sasuke.

—S-Sasuke —dijo Naruto, nervioso, miró los árboles de donde habían salido—. ¿Desde cuando... estabas ahí?

—Treinta minutos —dijo Sasuke.

Hinata se sonrojó.

—No soy una pervertida, no soy una pervertida —murmuró Hinata—. Era mi novio, era mi novio.

—¿H-Hinata? —Naruto sacudió su cuerpo.

—Déjense de tonterías —dijo Sasuke—. Los invitaré a un Ramen, Kakashi me ha permitido dejarlo sin dinero, puedes comer lo que quieras, además, también podría gastar algo de mi dinero.

—¿Teme... tú...?

—No soy muy bueno con estas cosas —dijo Sasuke—. Así que, sí lo hago, espero que entiendas lo que significa.

—¡En realidad eres muy bueno! —dijo Naruto— ¡Yo también te ayudaré cuando lo necesites! ¡Amigo!

Sasuke tragó saliva.

—No grites tan fuerte —dijo Sasuke—. Alguien podría estar durmiendo.

—¿Hinata vamos? —Naruto entregó su mano.

—S-Sí —dijo Hinata, todavía sonrojada.

Sasuke llamó hacia un árbol cercano.

—¡Oye ven de una vez! —gritó.

Un sonido inaudible, las ramas desplazándose, Sakura también salió.

—S-Sakura-chan... —dijo Naruto.

—H-Hola —dijo Sakura, levantó su mano, sonrió—. Y-Yo en realidad...

Sasuke la miraba con esos ojos severos.

—También ahorré algo —dijo Sakura—. También te invitaré.

Hinata amarró sus brazos con los de Naruto, Sakura solo acudió a la derecha de Sasuke, así, se dirigieron a Ichiraku Ramen, donde lloraron, se angustiaron y rieron.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora