Capítulo 41: Puede ser difícil

803 87 3
                                    

Colocaron el cadaver de Kakuzu dentro de un pergamino, pero antes debían recibir el monto de dinero que prometió la Aldea de la Bandera.

Aún cuando Ino sostuvo la cantidad exorbitante de un millón de yen, no supo como debía de reaccionar. Solo asintió, esa opresión en el pecho, las miradas de sus compañeros, como acusando su existencia, la persistencia que mostró al final.

Tomó dos días el recorrer el camino de vuelta hacia Konoha, fueron abordados con una media atención de Kotetsu, ya que eran conocidos, dejó que pasaran sin problemas.

Las tiendas abiertas, con personas comprando frutas, verduras y carnes. El parque donde parejas recostadas en el pasto, y familias con canastas, reían. El edificio Hokage estaba con personas agitadas y agobiadas por el trabajo, unos corrían cargando con papeles con sus dos manos, otros recién comenzaban a trabajar. Subieron a la oficina de la Hokage.

—Maestra, he regresado —dijo Ino.

Tsunade dejó la pluma en ese momento, la pila de hojas acumulada a un lado, con ganas de pararse, pero sin hacerlo, ya que, todavía estaba gente detrás de ella.

—¡Muchos días sin reportar la misión! —dijo Tsunade, sus manos juntas sostenían su cabeza—. ¿¡Qué pasó!?

Sus ojos se posaron sobre el grupo, buscaba algo, sin encontrarlo al final.

—¿Se puede saber donde está Asuma? —dijo Tsunade.

Aunque hizo esa pregunta, no se veía ignorante, más bien como queriendo confirmar algo.

—Murió en batalla, están evaluando su entierro —dijo Shikamaru.

—Jum... —Tsunade apoyó su frente con su mano derecha—. Solo puedo asumir una cosa, que se han encontrado con Akatsuki, Asuma morir de esa forma... pensar que... ahora tengo que hablar con mi maestro... también con Kurenai...

—Si me lo permite —dijo Shikamaru—. Quisiera ser yo quien hable con ella, tengo cosas que decirle al fin y al cabo.

—Concedido —dijo Tsunade—. Entonces, ¿cómo acabo el combate? Necesito saber los resultados.

—El cuerpo de un Akatsuki está siendo evaluado en los laboratorios —dijo Shikamaru—. El otro, lo enterré en una ubicación desconocida, las razones están escritas en un documento.

—¿Enterrado? —dijo Tsunade—. ... Está bien, pueden retirarse, excepto Ino.

Los ninjas se inclinaron y salieron de la habitación, Ino cruzó sus brazos.

—Tú sabes que no soy buena con esto —dijo Tsunade—. Es decir, creo que... no es nada. Pero, cuando estaba deprimida, por más que todo me pareciera fatal, siempre había esa parte de mi que quería ser consolada y... parece que estoy hablando de mi... que sé que lo hago pero... no sé... solo quiero decir... ¿cómo te sientes?

Ino rió un poco por eso, algo que escapaba de su control, más aún después de ver el rostro confundido de Tsunade, algo sonrojado incluso.

—Soy Yamanaka Ino —dijo—. Estoy bien, tengo buenos amigos con los cuales conversar y esas cosas, además, soy hermosa, por supuesto.

—¿Eres hermosa? —dijo Tsunade—. Aún te faltan años para compararte a mí.

—No me rete, Tsunade-sama —dijo Ino—. Todavía me falta crecer, el pico de mi belleza está mucho más alto.

—Seguro... eso quiero verlo.

—Se enamorará de mi, se volverá como esas historias yuri de las novelas, la maestra y la alumna, perfecto.

—Seguro Ino... nunca pasará eso —dijo Tsunade, riendo.

Ino todavía reía, sin embargo, hizo una reverencia, giró la perilla.

—¿Entonces todo bien? —preguntó Tsunade.

—No, pero tengo buenos amigos —dijo Ino—. De todos modos, gracias por preocuparte.

—... Ya veo —dijo Tsunade—. Después de que te calmes, ven a verme, hay cosas importantes que decir.

###

Las nubes oscuras se cernían sobre ellos, la cantidad de personas que asistieron al cementerio era enorme.

Con sus trajes oscuros, estaban Shikamaru, Choji e Ino.

Siendo sincero consigo mismo, no quería estar aquí, pero desde que es importante para ellos, también lo era para Shikamaru.

Tenía las manos en los bolsillos, la atención fijada en la tumba, donde el nombre "Asuma Sarutobi" estaba marcada. Quisiera tener una oportunidad para llorar, pero le era imposible, al menos por ahora, porque sería egoísta por su parte.

Un toque en su hombro derecho, no se fijó quien era, hasta que habló.

—Tengo un vale para ramen —dijo Naruto—. Tienes que venir, me ha costado mucho...

Tan desconsiderado como siempre, Naruto decía las cosas como si no importaran en lo más mínimo, alegremente pero en discreto ofreciendo esto.

Debería de odiarlo, pero no podía hacerlo. Porque de ahora en adelante, todo estaría bien, lo sentía en sus huesos, como un presentimiento, la probabilidad era del 100%

—Hoy tengo algo importante que hacer —dijo Shikamaru—. Mañana voy a tu casa, ¿has estado entrenando?

—Claro —dijo Naruto—. El próximo Hokage siempre lo hace.

—Aunque el trabajo es solo papeleo, veo a cada momento a la Hokage —dijo Shikamaru.

Al ver a Naruto tan asustado, Shikamaru solo atinó a reír un poco para sus adentros.

—Es broma, es broma, no te pongas así.

Después de eso, el funeral duró hasta altas horas de la noche, cuando la mayoría se retiró, Shikamaru también lo hizo, seguido de sus compañeros.

Frente a su padre, este le asintió, les dio permiso, se acercaron a una casa, estaba sola, generalmente el clan Nara lo usaba para pensar, y ellos le iban a dar un tratamiento similar.

Deslizaron la puerta para cerrarla, ninguno de ellos se habló mientras se dejaban caer al suelo, veían al techo.

—Este traje me encanta, me hace parecer importante —dijo Ino.

—Yo lo detesto —dijo Shikamaru—. Es demasiado incómodo.

—Lo mismo que Shikamaru —dijo Chouji

—Nuestro maestro a muerto —dijo Ino.

—Lo sé, estuve ahí —dijo Shikamaru.

—Yo no vi su muerte, pero todavía duele —dijo Chouji.

—Sus últimas palabras para ti fueron: que bajaras de peso —dijo Ino.

—Aunque rara vez se afeitaba —dijo Shikamaru.

—Intentaré comer verduras, aunque lo más probable es que lo deje a la semana —dijo Chouji.

Ino se sentó sobre el piso de madera.

—Creo que no lo podremos manejar por más tiempo —dijo Ino—. Uno de nosotros tiene que empezar, de lo contrario, nadie lo hará... Shikamaru, que bueno eres, ya habías empezado.

—Solo te seguí la corriente a ti —dijo Shikamaru—. Que no puedes contenerte.

—Yo los vi a los dos, dejen de pelearse —dijo Chouji—. Los dos lo hicieron al mismo tiempo.

—Cállense... —dijo Ino—. Digamos... que todos empezamos al mismo tiempo.

—Suena justo... —dijo Shikamaru—. Además, no sé... cuando nos detengamos.

—Espero que pronto, no quiero quedarme así por mucho tiempo —dijo Chouji.

—Nadie debería... —dijo Shikamaru—. Pero, aunque sea problemático... es parte de la vida.

—Ja... tontos —dijo Ino.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora