Capítulo 81: Algo importante

769 82 1
                                    

Anko aplaudió para que ellas volvieran su atención, intentó hacer la sonrisa más tranquilizadora que pudiera.

—Ha terminado —dijo Anko.

—¿Ha terminado? —Tsunade repitió, luego con voz grave preguntó—. ¡¿A qué te refieres, Anko?!

Todavía en guardia, Tsunade se colocó delante de Karin,su cuerpo obstaculizó su vista. Anko se rescó la cabeza, un poco avergonzada, saber como debería de proceder era bastante atípico, en especial con lo complicado de todo esto.

—... Puedes estar tranquila, a eso me refiero —dijo Anko—. Hajime no hará daño ahora, lo prometo.

Tsunade actuaba como aquel que no puede comprender algo, como algo que no debería pasar bajo ningún modo por ser demasiado extraño.

—No está... mintiendo —dijo Karin.

—¡Ya sé! —Anko cerró los ojos y abrió ambos brazos—. ¡Tócame!

—¡Eso sonó medio raro! —Hajime rió.

—¡Tú cállate! —Anko contestó con un ligero rubor—. ¡Karin! ¿Pensabas que estaba en un Genjutsu? ¡Pues no! ¡Intenta liberarme o lo que quieras!

Karin no respondió ante ello, Tsunade caminó unos pasos y tocó el hombro de Anko, quien abrió los ojos de inmediato.

—¿Cómo... las tienes tan...? —preguntó Anko.

—Sí, a esta perra la conozco —dijo Tsunade—. Entonces, ¿qué está pasando? Explica de una vez.

Tsunade sanaba su brazo roto, Karin veía a Hajime, no le apartaba la mirada.

La tensión en el aire había disminuido, parecían más propensas a dialogar.

Ahora, todo era cuestión de lo que hiciera Hajime.

###

No era inesperado que después de señalar a Hajime, Tsunade fuera la primera en acercarse, se puso en cuclillas y lo miró fijamente.

—Habla —dijo.

No le quedaba ninguna pizca de compasión en esos ojos pero a Hajime le parecía bien.

Explicó las cosas que habían sucedido, desde la planificación de su fuga, Akatsuki, el secuestro de los Kage, la eliminación de Kabuto, Amegakure, la reunión de los Kage .

Durante la conversación, Tsunade no interrumpió ni una sola vez, sin embargo, tal vez por su cansancio, se sentó en el puente, un sin número de emociones pasaron por su rostro mientras conversaban.

A veces ella bajaba la mirada hacia la luz verde, como concentrándose, a veces reía y luego se acongojaba, luego simplemente sonrió y después, solo una mirada neutral.

Karin también se había acercado, aunque ella seguía de pie, con la luz verde curando su brazo, a pesar de que en un primer momento viera en todo momento a Hajime, luego solo miraba el agua correr debajo del puente, a veces a las nubes, luego solo una mirada despejada, también intranquila, con remordimiento, con odio.

Hajime podría planear varias cosas de antemano y lo que espera no fue diferente de sus expectativas.

La primera en actuar fue Karin, quien le dirigió un puño en su rostro, no con toda su fuerza, pero todavía doloroso.

Ni Anko ni Tsunade detuvieron esa acción.

Un moretón rojo apareció en su cachete izquierdo.

—Nunca te perdonaré por lo que has hecho —dijo Karin.

Se marchó al otro lado del puente, sus rodillas y cabello cubrían sus ojos, dejo los lentes a un lado.

Se podía escuchar un leve sollozo hacia ahí.

Hajime no protestó, miró abajo, como si esas pequeñas partículas de arena que se deslizaban al ritmo del viento fueran lo más interesante del mundo.

—Akatsuki, ¿era muy fuerte? —dijo Tsunade.

—Sí, en comparación con los ninja promedio —Hajime movió su dedo en el puente, formaba un círculo.

—¿Ninjas promedio? —dijo Tsunade—. Ja... tú si que eres peculiar.

Nadie se fue de su sitio, era solo una espera en busca de encontrar esas palabras.

—Jiraiya —dijo Tsunade—. ¿Tú acaso...?

—El líder de Akatsuki acabó con él, yo me encontraba en otra cuestión...

—¿El Kasekage? —dijo Tsunade.

—Lo voy a resolver —dijo Hajime.

—¿Resolver? ¿Cómo podrías...?

—Es un buen amigo de Naruto, de ser necesario, daría mi vida por la de Gaara.

—Que molesto... —dijo Tsunade, Hajime no podía ver cual era su expresión—. Entonces, esta es toda la interrogación que tengo... es bastante información que digerir.

Tsunade tragó saliva.

—Hajime, levanta la cabeza —dijo Tsunade.

—¿Por qué?

—Porque es una orden de la Hokage.

Hajime levantó la cabeza, ella estaba ahí, mucho más seria de lo usual.

—Vas a pagar muy caro por tus errores —dijo Tsunade—. Si hubieras... solo regresado después de tu fuga, podrías haber salido de la cárcel muy fácil, pero ahora, la gente pide tu cabeza y estás solo, no te puedo ayudar.

—Lo sé.

—Aún así, tienes información vital que nos podría ayudar, por eso te quedarás un rato libre, mientras me ayudas y a todos, ha arreglar esto, ¿entiendes?

—Sí.

—Fin del modo Hokage... —Tsunade sonrió.

Su puño se cerró, había recuperado la movilidad, lo levantó hasta la altura de su hombro, Hajime sabía que no podía evitar ese golpe, cerró los ojos.

Pero nada había pasado.

Con cuidado observó, su puño estaba cerca a él, sin conectar.

Tsunade colocó sus manos en la rodilla.

—¿En verdad eres tú, Hajime? —preguntó Tsunade.

—No sé...

—Jajaja —Tsunade tapó su rostro—. Te ves tan bien y has crecido, me haces recordar cuando me trajiste y me hiciste recuperarme... que agradable... he estado un poco sola últimamente, también Shizune... ¿por qué tuviste que hacer eso? ¿por qué tú de todos?

Ella no quería una respuesta en concreto, le pareció que solo quería eso.

—Lo siento.

Tsunade dejó de cubrir su rostro, movió su mano hacia el cabello de Hajime, este terminó desordenado.

Luego con cuidado, precaución, algo de timidez incluso, lo abrazo con ternura, mientras le daba un beso en el cachete.

Esta expresión de amor, Hajime no sabía como recibirla, había vivido y hecho cosas que al principio se negaría pero que ahora haría sin rechistar.

—Gracias —dijo Hajime.

No se pudieron separar hasta después de un largo tiempo.

Naruto Shippuden / IridiscenciaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu