Capítulo 44: Estatua

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Maravillosa nueva vida: Día veinte

—¿Donde está mi papá? —dijo Karin, hablando despacio, bajando la cabeza.

—Vino muy deprisa —dijo su madre—. Que le disculparas.

Los sonidos de su pie colocados en la madera húmeda, su madre envuelta en las sabanas. Había algo cubierto con tela, era una figura que no reconocía.

—Te dejo eso de allá —dijo su madre—. Puedes ponerlo en cualquier lugar.

Karin destapó eso, era un figura de un perro, de su tamaño, completamente blanco, si estuviera pintado, confundiría si es verdadero o falso.

—Que genial... ¿Cómo lo habrá hecho? —dijo Karin, mientras sus manos tocaban la suavidad de la estatua.

—Lo habrá estado haciendo durante sus descansos —dijo su madre—. No le tomes importancia.

—Con esto... —Karin pensó en todas las posibilidades—. Tú no saldrás herida, este perro te protegerá, ¿me dejas ponerlo cerca de la puerta de entrada?

—Es demasiado pesado para ti —dijo su madre, poniéndose de pie.

—N-No hagas eso.., ¡no! —gritó Karin.

—Ah... estoy bien, te tengo a ti para cuidarme.

Evaluaba los aspectos positivos y negativos, luego de un tiempo, entendió que esto valdría la pena.

—¡B-Bien! ¡Pero avísame si te sientes mal! —dijo Karin.

Su madre rió un poco.

—Está bien.

Despertó en su cama, sus ojos abiertos, recordaba eso, ¿cómo se le pudo olvidar?

Se vistió lo más rápido que pudo y fue hacia la puerta, no estaba. Luego también en la parte trasera de la casa, pero tampoco hubo suerte.

Volvió a entrar y sostuvo el álbum en sus manos, pasó por las páginas hasta encontrar una en particular, una foto de ella y su madre, junto a la estatua de un perro.

Tocó la puerta de Kitei varias veces, eran las siete y treinta de la mañana, pero ella ya debería de estar despierta.

Kitei abrió la puerta.

—Finalmente, Karin, dejaste de ser...

—La casa no está terminada —dijo Karin, levantó el álbum, señaló una foto—. Falta esto, es una estatua de un perro, mi mamá lo hizo en sus últimos días, es importante que lo recuperemos.

Kitei sostuvo el álbum en sus manos.

—Cuando me fui, lo deje para que "cuidara" la casa, era una ingenua —dijo Karin—. Debí llevarlo conmigo en un pergamino... ah... que torpe, con razón sentía que algo faltaba.

—Si hay alguien que se lo pudo haber llevado... —dijo Kitei—. Es la banda Gur, son como carroñeros, buscando cosas con cierto valor en hogares sin dueño, mi esposo los ahuyento por una temporada, pero pudieron sacar algo de fuera mientras nos encargábamos de otra cosa o incluso antes de que nos asentáramos.

—¿Puedes guiarme?

—Bueno, sí, pero primero vamos a comer.

—No, esto es muy importante.

—Mi comida también es importante, mientras más rápido termines, mejor.

—Tch...

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Se adentraron al bosque debido a la guía de Kitei, era una pequeña base. Fue fácil para Karin identificar a todos los guardias, con su [Ojo de Kagura] todo era visible en un radio de un kilómetro desde su posición.

Naruto Shippuden / IridiscenciaWhere stories live. Discover now