Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 100: Concéntrate, concéntrate

Durante su recorrido a Kumogakure, que tomó alrededor de cuatro días, muchos ninjas se cruzaban en su camino, la mayoría no tenían los mismos rasgos corporales que los demás, aun así, vestían en su frente una banda igual.

Sakura podía intuir que era para mejorar el trabajo en equipo, así que no le prestó mucha importancia excepto al inicio, de todos modos, toda su concentración estaba en ella misma, caminando extrañamente, el pedido de Hajime fue que refinara energía también mientras estuviera en movimiento.

Al principio, podía hacerlo sin ningún problema, después de todo, en una batalla, era de esperarse que tu enemigo no se esperara a que refinaras tu chakra, pero pasados unos días es demasiado tedioso y llevado al extremo.

—¿La joven se encuentra bien? —un ninja de Kumogakure preguntó.

Estaban ya en la puerta, después de haber recorrido largas distancias.

—Sí, es solo que tiene un entrenamiento especial —dijo Kakashi—. No le tome importancia.

—Mejor deja de hacerlo, Sakura —dijo Hajime—. Espera que Naruto entrene y para que prosigas.

—Ah... por fin —Sakura dejo caer sus brazos, su cabeza palpitaba y le dolía muy fuerte.

—Um... —Hajime tocó la frente de Sakura—. Creo que fue demasiado, una vez que entremos te prepararé algo.

--S-Sí...

Sakura sí estaba muy consciente en lo que ocurría, a pesar de que hubiera una alianza, todavía ninjas se asomaban por las pendientes que daban a la frontera de Kumogakure, todos observando con atención a Hajime.

Unos pasos fuertes hicieron que la tierra temblara, un hombre corpulento salió a recibirlos.

—Kakashi del Sharingan —dijo el Raikage—. Es un placer encontrarlo de nuevo.

—Lo mismo digo.

—¿Supongo estás a cargo de todos estos jóvenes? —el Raikage miró con cierta repulsión a todos los que lo acompañaban, en especial a Hajime—. ¿Puedo decir que asumes toda la responsabilidad si algo terrible ocurre? ¿Verdad?

—Mientras se tengan pruebas firmes de que fue la culpa de alguien de quien yo soy responsable, así es.

—Justo —el Raikage se dio la vuelta—. Entren.

Mientras lo hacían, un grupo de ninjas salieron precipitados.

—En épocas de guerra es lo que generalmente ocurre, pronto vendrán los demás Kage además de ustedes ¿tienen algo en especial que darnos?

Hajime sacó un pergamino de su mochila, le extendió al Raikage, este lo tomó con fuerza y caminaba y leía.

—Suficiente entonces.

—¿Hajime que contenía eso? -preguntó Naruto.

—La estrategia de batalla a seguir que propuso Konoha, el Raikage la va a comparar probablemente.

—¿En cuánto tiempo llegará la Hokage? —preguntó el Raikage.

—Calculo que en dos días —dijo Hajime—. Considero que los demás Kage también.

—Espero que sea cierto —el Raikage cruzó sus brazos—. Ahora, Killer Bee se encuentra en una isla al fondo, se encuentra un poco lejos de la aldea, pero como ninjas que son, pueden moldear chakra e ir hacia allá.

—Muy bien —dijo Kakashi—. Entonces, nos vamos.

El grupo se dirigió al lugar indicado por el Raikage, solo detuvo el acercamiento a uno.

—He dicho que podían venir los que quisieran a Kumogakure —dijo el Raikage—. Sin embargo, Mitarashi Hajime, no confío en ti.

—¿Qué dice? —preguntó Naruto—. Pero él...

—Un trato es un trato, esa isla es capaz de revelar la capacidad que podría tener un ser humano y su Biju, no puedo dejar entrar a cualquiera. Diría algo como que es una lástima, pero me entiendes...

—Es demasiado sospechoso —dijo Sasuke—. Simplemente enviarás a todos los ninja a un lugar remoto, difícil de llegar.

—Eso lo entiende bien —dijo una mujer.

Ella caminó frente a los ninja, a su lado había otro hombre.

—Ustedes son los ninja que lo acompañaron aquella vez —dijo Kakashi, desinteresado—. Vaya sorpresa.

—Kakashi-sensei ¿entiende lo que pasa?

—Sí.

El Raikage tocó los hombros tanto de Darui como de Samui, ambos no se inmutaron ante esto, incluso parecieron halagados.

—Estos dos son mis brazos, me ayudan a cargar con la responsabilidad —dijo el Raikage—. Pueden matarlos si consideran que algo va mal.

—Demasiada confianza en que haremos lo correcto —dijo Kakashi—. Además, lo mismo va para ustedes.

—Espero que se entienda —dijo el Raikage—. Que quiero confiar en ustedes, es por eso que prometo bajo el nombre de Raikage que no ocurrirá nada. Para un guerrero como yo, no hay nada peor que la deshonra.

Los ninja de Konoha se vieron los unos a los otros, en especial Naruto veía con preocupación todo lo que ocurría, Hajime se acercó a el y sacó un kunai. Todos se pusieron alerta de inmediato

—Diviértete —dijo Hajime, entregando el kunai.

—¿Qué es esto? —dijo Naruto.

—Supongo que es para seguridad, sabrás que hacer si todo sale terrible.

Naruto aceptó con cierta incertidumbre este regalo, Karin posó sus ojos en el arma que le había entregado y luego cerró las pestañas.

—No lo olvides, todo empieza desde adentro —dijo Hajime.

—Entonces... ¿no irás? —dijo Naruto.

—Nop, me quedaré aquí, todavía hay cosas interesantes por hacer —Hajime miró a Karin y Sakura—. Me quedaré con ellas dos, están en pleno entrenamiento y dado que me tengo que quedar, también quisiera permiso para que ellas lo hagan.

—No estás en posición de pedir —dijo el Raikage—. Pero concedido, les daré una sala en son de paz.

—Muy bien —dijo Hajime.

La mayoría se estrechó la mano y partieron luego de un rato; Hajime, Karin y Sakura se les fue concedido un apartamento simple.

Sakura dejó su maletín en la cama, se echó por un rato, exhausta por todo lo que había ocurrido.