Capítulo 115: Es su derrota

572 54 1
                                    

Hajime gritó en voz alta, todavía tembloroso por lo que ocurría.

—¡El plan no ha cambiado!

Minato y Karin abrieron los ojos ante eso, entre los dos se asintieron y esperaron.

«Si tuviera más tiempo...», pensó Hajime, «Lo único que puedo hacer es...».

Los ojos de Hajime se quedaron sin pupilas, los tomoe aparecieron.

—¡Vaya! —dijo Madara—. Combinar el Byakugan y el Sharingan, nunca lo había visto, tenían razón al decir que tomara precauciones, aunque, no te lo creas tanto, con eso o no, el resultado será el mismo.

Por ahora el plan era simple, entretener a Madara lo suficiente para que Naruto pudiera ser rescatado. Hajime sacó varios kunai especiales de su ropa y las lanzó al aire, Madara no se movió de su sitio.

Hajime se movió veloz, como un destello hacia uno de los Kunai con el [Hiraishin no Jutsu], hizo sellos con una de sus manos y aspiró fuerte.

—[Elemento Hielo: Ventisca]

De la boca de Hajime fue expulsado el aliento frío que congeló el ambiente, Madara retrocedió levitando detrás para esquivar tal movimiento. Una de las seis esferas negras se movió a su mano y fue creada una lanza que lanzó con sus manos en dirección de Hajime, quien esquivó junto a tiempo.

Sin embargo, supo Hajime que esas esferas eran direccionadas, por lo que nunca perdió su trayectoria y logró esquivarlas cuando regresó a su portador.

Hajime observó de reojo detrás, Minato apareció al frente de su hijo Naruto, junto a Karin. Ambos se asintieron y desaparecieron con el [Hiraishin no Jutsu] que usó Minato.

—Bien, se han ido —dijo Madara—. Supongo que no tendrás problema en enfrentarme con todo lo que tienes.

—¿Acaso esperabas que...?

—Por supuesto —Madara aterrizó en el blanco piso—. Tu, eres la última resistencia real de la humanidad.

—Mayor razón para acabar conmigo lo más rápido que puedas.

—Lo haré, no me malinterpretes, es solo que luchar contigo tan patéticamente, creyendo que uso al Jinchuriki como cebo, es terrible.

Madara levantó la cabeza, su mano, las esferas negras rompieron el techo blanco, la habitación subterránea comenzó a colapsar.

Hajime realizó sellos con sus manos e invocó a Shiro, este desplegó sus plumas. Hajime sin despegar la vista a Madara, realizó una orden.

—Ayúdame.

Con una de sus alas protegió a Hajime en su pecho, rocas y arena cayeron, Shiro se abrió paso hasta salir a la superficie. Encontró un espacio donde colocar a Hajime y este se puso de pie.

—Gracias.

—¿El tal Uchiha Madara? —preguntó Shiro—. Tiene un chakra aterrador, me eriza las plumas.

—Jaja, tienes razón, lo más probable es que me sea complicado derrotarlo.

—A mi me derrotará en un instante —dijo Shiro—. Si pudieras usar el Senjutsu, tal vez...

—Incluso así la tendré difícil —dijo Hajime—. De todos modos... ¡Madara! ¿Me dejarías recargar para usar el Senjutsu?

—De ninguna manera —respondió Madara—. De ahora en adelante, te defenderás por tu cuenta.

Hajime volteó a ver a todos lados, una horda de Zetsu Blanco se acercaban a su posición todavía, habían más de lo que debería.

—Encárgate de ellos, haré lo que pueda con él —dijo Hajime.

Naruto Shippuden / IridiscenciaWhere stories live. Discover now