Epílogo: ¿Por qué hiciste eso?

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—Eso es todo por hoy —dijo Tsunade—. Puedes marcharte, Hajime.

Este asintió inclinándose levemente, la puerta sonó, Naruto chocó su palma con la de él, Sasuke se sentó en el mueble y Shikamaru solo miró a Tsunade

—¿El Sexto Hokage ya viene a trabajar? —preguntó Hajime—. Vete, vete, todavía no es tu momento.

—¡Tengo práctica! —dijo Naruto—. Me pondré mi traje de Hokage y... pum... giraré y todos aplaudirán.

—Ha estado muy entusiasmado —dijo Sasuke.

—Le hemos acompañado para que no haga tontería —dijo Shikamaru.

—¿A estas horas...? —preguntó Hajime—. Que bien...

Hajime iba a salir, cuando Naruto tocó su hombro.

—Te quiero en primera fila —Naruto señaló—. Más te vale que estés temprano.

Sintió su respiración detenerse por un segundo, Hajime sonrió sin darle la vista a los dos presentes.

—Gracias, claro que lo haré.

Tsunade ocultó una risa imperceptible en sus labios, Shizune también hizo lo mismo.

Era de noche, hacía frío, por lo que cerró su chaqueta. Hajime avanzó por las calles, finalmente Naruto iba a convertirse en Hokage, había pasado tanto tiempo en paz y tranquilidad.

—Ni esa chaqueta deberías tener —escuchó a su derecha.

Era un comerciante el que lo hostigaba, tenía ollas a su derecha, que vendía, no había necesidad de detenerse a responder, esperaba que con el tiempo la gente le dejara de mirar en menos, hasta ese día, aguantaría, incluso si no llegaba nunca.

—¡Le compro toda su tienda, incluso le daré regalías extra! —dijo una chica al comerciante.

Cualquiera que escuchara eso, tomaría esa decisión de precipitada y loca, pero viendo la mayoría que se trataba de Yamanaka Ino, aquella mujer que había amasado una cierta fortuna debido a tratamientos y medicinas para el cerebro, pensaron que tenía alguna visión a futuro.

—Señorita Yamanaka... —murmuró el comerciante—. Eso sería...

—Es broma —Ino sacó su lengua—. No haría eso ¿no has escuchado que el cliente siempre tiene la razón? ¿Cómo trataste al chico? Podría haber sido uno de tus clientes... así que no, ni loca trabajaría con usted.

Ino se alejó del comerciante, mientras Hajime caminaba, esta se puso a su derecha.

—¿Mucho frío vecino? —bromeó Ino.

—Más o menos vecina —dijo Hajime, divertido—. ¿Qué le trae por acá?

—Una tacita... espera... —Ino negó con la cabeza, sonriendo—. ¡Te quiero invitar a una fiesta!

—¿Fiesta?

—Tsunade-sama me dijo que dejas de trabajar por estas horas, así que lo hemos organizado para estos tiempos. Vendrá todos los de la academia por Naruto, que se convierte en Hokage, puedes traer a invitados extra si deseas...

Ino empujó con el codo a Hajime y este no respondió.

—Ya veo —dijo Ino—. Bueno... eso.

—Está bien, gracias por avisar —Hajime siguió caminando.

—Si quieres... puedes venir a mi casa más temprano —Ino levantó su puño—. Celebra bien con tu familia.

—Lo tendré en cuenta —Hajime sonrió, chocó puños—. Gracias, mañana Sakura también ha dicho para juntarnos.

Ella asintió y luego se marchó, Hajime al verla, también imitó su acción. Todos los acontecimientos a su alrededor le hacían divagar.

«¿Fiesta...?».

Durante los años, Hajime había tratado en lo posible ser una mejor persona, para no hacer daño a los demás. Había tratado con la mayoría de personas que hirió y quiso en lo posible, compensarlos. Muchos no se lo habían aceptado, pero quienes sí, mantenían una relación en lo posible, saludable.

También, sentía lástima de que Konan no pudiera asistir hoy para cenar, tenía bastantes obligaciones, así que no se podía evitar, esperaba que el próximo año pudiera, aunque también la visitaría luego.

Dejó la chaqueta en el perchero.

—¿Listo? —preguntó Anko—. ¡Tienes que hacer algo en extremo delicioso! Como... dangos o... ¡dangos!

—Tendré un plato para ti —dijo Hajime—. ¿Donde guardaste todo?

Había estado viviendo un tiempo con Anko, como en los viejos tiempos, con la festividad cercana, ellos siempre acostumbraban a comer bastante. Hajime entró a la cocina.

Escuchó la puerta abrirse, agitada, cansada, Karin se sentó en el mueble, dio un saludo rápido a todos.

—Tsunade me ha dado vino —Karin entregó—. ¿Lo puedes servir?

Hajime asintió y pidió que lo dejara a un lado. Karin se cambió de inmediato y fue a ayudar. Ambos estaban juntos, cocinando. Sin dirigirse la palabra, salvo para favores.

—¿Algunas palabras, Hajime? —Anko babeó al ver todos los platos en la mesa, pidió que se apurara.

—Agradezco que estemos aquí reunidos, se siente muy bien comer cuando hay gente presente, las amo mucho, en serio.

Karin sonrió, Anko también.

Los tres se quedaron hasta altas horas de la noche, viendo los fuegos en el cielo, el espectáculo. Así, Anko dijo que iría a dormir, que tenía mucho sueño.

Solo estuvieron Hajime y Karin en el mueble, miraron al frente a la ventana sin decirse mucho.

Hajime tomó un largo suspiró, no sabía en que forma decir estas palabras.

—Muchas gracias por todo, Karin —dijo Hajime.

Karin lo miró extrañada.

—¿Por qué de pronto eso? —Karin rió—. ¿Esta época te puso sentimental?

—Me siento más feliz ahora —dijo Hajime—. Gracias... por no abandonarme.

—Está bien.

Karin giró su cabeza en dirección de Hajime, sus manos avanzaron por su rostro, al igual que sus labios con el suyo.

Se mantuvieron así por poco tiempo, Karin recupero el aire, luego mostró una gran sonrisa. Hajime, sin embargo, todavía estaba sonrojado.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Hajime.

Karin acostó su cabeza en el hombro de Hajime.

—Por algo —Karin sonrió.

Fin

Naruto Shippuden / IridiscenciaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang