Entre las líneas de nuestras manos

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Aún recuerdo la primera vez que nuestras manos se juntaron, ese apretón de manos, en aquel roce pasajero y efímero cuando nos vimos por primera vez; pudo recordar con dificultad las veces en que por alguna razón intercambiamos algo y el mínimo roce existió. Lo que más puedo recordar es la primera vez que nuestras manos se entrelazaron, para mí fue como el sueño repleto de fantasía en el que nunca me imaginé ser la protagonista; a ese recuerdo se le unen otros, en camas diferentes, mientras te llevaba al baño, de vuelta al cuarto, aquella madrugada en la que no podía conciliar el sueño ante tu presencia y nuestras manos terminaron donde debían de estar dándome paz y cobijo. No puedo terminar este relato sin relatar esa noche de delicia culinaria, ya en una ocasión había rechazado tu mano, y me dije: "a la mierda, se va mañana y no volveré a tener jamás esta oportunidad", cogí tu mano y caminé orgullosa, plena, afortunada y terriblemente feliz por aquellas calles oscuras que tanto deleite te causaron... Entre las líneas de nuestras manos se esconde una historia que lleva un nombre peculiar, que intento ser perdurable (aunque sé que se va perdiendo entre nuestro tiempo); el hecho es que sin importar las diferencias entre textura, color o tamaño, nuestras manos encajan de una manera única y perfecta, son el reflejo de lo que una vez fuimos y no pudimos llegar a ser...

En la memoria de mis sentimientosWhere stories live. Discover now