Mi mayor error fue nunca decirle –pedirle- que se quedara conmigo –que me eligiera a mí-. Pudo deducirlo en el anhelo de mi mirada pero jamás tuve el valor de retenerla a mi lado, cuando a mí lado era cuando más libre había sido ¿Quién era yo para encarcelarla después de haberle enseñado que tenía alas?
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En la memoria de mis sentimientos
Short StoryEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa