Cuando tú

1 0 0
                                    

Cuando tú sonreíste, yo dejé de respirar.

Cuando tú hablabas, yo escuchaba.

Cuando tú lloraste, yo deseé abrazarte y jamás dejarte ir.

Cuando tus manos temblaron (y no por frío), yo las sostuve y te enseñé que no había nada que temer.

Cuando tú tuviste dudas, yo tuve letras.

Cuando tú decidiste arriesgarte, yo hice una fiesta silenciosa para no espantarte.

Cuando tú te paralizaste, yo respiré, te acobijé, te abracé y te besé.

Cuando tú no lograbas entender cómo fue que terminaste en mi mundo, yo te llamé, te indiqué que tomaras asiento y te dije que todo estaría bien.

Cuando tú decidiste alejarte, por no saber que hacer con tanto, yo decidí esperarte con infinita paciencia.

Cuando tú volviste, con aquel discurso en forma de disculpa y con un montón de promesas, yo creí que te quedarías para siempre.

Cuando tú deber y tú querer batallaron ante mis ojos, yo deseé que con dejar de ver todo terminara, pero no funcionó, así que te dejé ir y hubo un ganador.

Cuando tú optaste por decepcionarme, yo me quedé ahí herida y sin entender que había pasado.

Cuando tú me sostuviste entre tus abrazos y mandaste de paseo a tus límites, yo sonreí y me entregué a ti.

Cuando tú volviste a fallarme, yo opté por ponerme cómoda aunque sangrara, a sabiendas que volverías por más.

Cuando tú ausencia vestida de prioridades ajenas hizo acto de presencia, yo intenté ignorarla, despacharla, solo que es difícil dejar a un lado la inmensidad de su realidad.

Cuando tú fuiste tú, yo seguía siendo yo; cuando nos unimos creamos un mundo, cuando despertamos ese mundo en realidad era un caos.

En la memoria de mis sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora