Terminé arrojada en sus brazos, mi decisión ciertamente, ahogada por tu recuerdo persistente. Terminé contándole sobre ti, dándole verdades a medidas.
Terminé derramando mis lágrimas en su piel, aquellas que deseé que vieras y saborearas.
Terminé pidiéndole que me ayudara a olvidarte, que con sus manos arrancara el dolor, que con sus besos borrara tus huellas de mi piel.
Terminé dejándole hacer lo que tú nunca culminaste por miedo a caer.
Terminé acurrucada en su costado derecho con mi mano en su pecho, sintiendo el latido de su corazón que nada tiene que ver con el tuyo.
Terminé escuchando su respiración intentando conciliar el sueño que me robaste al partir.
Terminé por abandonar su habitación y me quedé sentada en el frío de la desolación.
Terminé con unas ganas terribles de despertarte y decirte que no funcionó, que eres irreversible.
YOU ARE READING
En la memoria de mis sentimientos
Short StoryEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa
