Morat canta: "Tus promesas riman con dolor" y yo agregaría que también con ausencia o desolación. No me sorprende, incluso cuando dijiste que habías aprendido a no hacer promesas que no ibas a poder cumplir, cuando en este último tiempo has dejado más que claro cuáles son tus prioridades, mientras yo las conozco de sobra. Sin embargo no sé cómo hacer para que no me duela, como hacer para callar a esa voz en mi cabeza que grita que no te importo, que tienes mejores cosas que hacer. Y trato de entenderte, de ponerme en tú lugar (como siempre) pero la realidad es que no somos iguales y al final tus palabras se quedan conmigo para perderse en la neblina de tu memoria sin importarle nada más. Además que la realidad es que, aunque me encantaría, no has estado para mí cuando más te he necesitado porque decidiste dejarme a un lado, porque para ser feliz no me necesitas en el panorama. Tampoco me debes nada, aunque me merezca respuestas a un millón de cosas que te he dicho, así como tú has exigido respuestas yo exigí la mía, para variar tú has obtenido lo que has querido mientras yo me he quedado sumergida en un silencio que aclama en eco y sin descanso una barbaridad de cosas que es mejor no repetirlas, que deseo poder olvidar, mientras tus 'perdóname' aparecen recordándome que aún lo vas a seguir diciendo. Morat continua: "Y tú nunca juraste que saldría ileso, ya no te atrevas a pedir perdón" ¡Maldita sea! Entonces como mis promesas si valen, me abrazo y cobijo, escuchando de fondo a mi intuición que siempre me ha dicho que no espere nada de ti cuando nunca fui ni tú primera opción.
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En la memoria de mis sentimientos
Short StoryEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa
