Tuve que quitarme los lentes salpicados por mis lágrimas producto del eminente desastre de mis sentimientos encontrados cuando me fulminaste el alma con aquel misil perdido que por alguna razón tenía codificado mis coordenadas. Y me quedé acostada mientras mis lágrimas corrían por mi cuello y se perdían en la almohada como si nunca existieron. Después todo pasó, ni evidencia quedó, solo un rastro efímero e indescifrable, para aquellos que no se han atrevido a conocer mi alma, en mis ojos húmedos y carentes de brillo. Antes y ahora mis suspiros son entrecortados, mi respiración no logra ser profunda y mi mente se convierte en un espiral infinito, que me obligo a controlar con mis famosos mantras de luz, sin luz natural. Y me dice daño, faltando a mi promesa, sin darme cuenta, y ardo en las llamas de la fiebre producto de todo lo que no he tenido la oportunidad de decirte a la cara y creo que jamás tendré dicha oportunidad. Pero continúo con la frente en alto y la vista fija en la mejor venganza que jamás se ha realizado en la vida, esperando tener un asiento en primera fila para ver tu reacción, poder sonreírte y decirte: "Soy un puto maldito genio, lo sé". Que no digan que no te di un cierre digno, el más grande y perdurable, incluso sin merecerlo.
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En la memoria de mis sentimientos
Short StoryEntonces sucedió lo que nunca me di el permiso de imaginar y se sintió como saltar a un abismo sin paracaídas y vistiendo mi mejor sonrisa
