Búscame

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Búscame cuando sientas frío, cuando necesites ese calorcito que encendía partes de tu alma y te otorgaba la libertad que tanto anhelabas.

Búscame cuando necesites un respiro de la rutina, de esa fatiga que te quita tu vida para llevarte a ese mundo en donde encontraste lo que ni sabías que tenías a tu alcance.

Búscame en ese rincón de tu mente, en la esquina aislada de tu memoria para que te recuerde lo feliz que fuiste tan lejos de la gente.

Búscame en la marca invisible de la palma de tu mano, así como me tuviste de cerca y no miraste, así como me fui perdiendo entre tus dedos y no me sujetaste.

Búscame en cada maldita letra de todas las canciones que no me dedicaste y piérdete entre las millones de canciones que hablan sobre ti, de esas que ni conocer pero que te parecen familiar como una vez lo fuiste para mí.

Búscame en ese silencio cuando te aíslas del mundo, ya que dicen que incluso él habla y tiene significado para ver si así logras entender todo lo que yo me guardé y quisiste saber.

Búscame en aquel charco después de la lluvia, que probablemente me encuentre yo ahí ahogándome mientras que sigues actuando como si no te importara.

Búscame en ese salto repentino de quien te acompaña en la cama, tan inesperado como mi pasar por tu vida y tan efímero como el tuyo por la mía.

Búscame en ese amanecer que no ves porque prefieres el atardecer, mientras recibes la noche y yo la madrugada que se ha vuelto tan amargada.

Búscame en el ruido del palpitar de ese órgano vital que se distorsiona cuando permites entrar el fantasma de mi recuerdo, ese que te aterra hasta los huesos.

Búscame más allá de todo lo que te dicen, que tú y yo sabemos que existen versos con secretos que cuentan más de un misterio.

Búscame, en serio. Búscame como cada vez que me necesitaste y me encontraste. O como las veces que me necesitaste y yo estaba justo a tu lado sosteniendo tu vida entre mis manos intentando arreglar aquello que ni querías arreglar pero que me dejabas porque era mejor que optar por naufragar.

Búscame, para que me encuentres tan disponible como tú, todas y cada una de las veces en las que te necesité, en cada promesa que no cumpliste, en cada perdón y disculpa que excluiste de la lista, en cada beso que correspondiste, en cada abrazo que me negaste, en ese cobijo que te faltó, en todos las alertas que ignoraste en el nombre de lo que una vez nos importó y aferraste a esa fe olvidada, manchada y desgastada que dejé siempre colgada de tu ventana como un cartel en donde nunca supe que se leía: No es para ti!

En la memoria de mis sentimientosWhere stories live. Discover now