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BAD CHOICE, YEAH


Estuvimos casi toda la noche hablando con Finnick; de sus juegos, de estos juegos, de las cosas que si y no tendría que hacer adentro de la arena y por último de posibles alianzas. Todo fue bastante interesante, hasta que Kenny nos descubrió y obligó a ir a descansar. Esa mujer nos vigilaba en cada momento, sentía que en cualquier ocasión iba a explotar de estrés. Pues, cada cosa que hacíamos mal la hacía deseseperarse mucho, todo eso es lo que puedo opinar de ella con lo poco que estuvimos juntas. No me imaginó más tiempo con ella.

Me desperté rápidamente al sentir como alguien le daba pequeñas palmeadas a mi hombro. Levanté mi cabeza y ahí estaba un Avox, supuse que me venia a despertar. Era un horror lo que le hacían a la gente de aquí, te cortaban alguna extremidad, y te convertían en un esclavo para el resto de tu vida. Claro, era si no pagabas tu libertad, algo que no muchos tienen la oportunidad de realizar.

—Gracias — le agradecí una vez que salió de la habitación.

Rápidamente, me levanté de la cama y fui hacía el armario, ahí estaba toda nuestra ropa. Bueno, la que habían preparado para nuestra llegada, sorprendentemente, está era de mi talla. Me quedaba a la perfección.
Una vez cambiada me encaminé hacia el comedor, todos ya estaban ahí. Que vergüenza, me había quedado dormida, y lo peor es que era del primer día de residencia.

—Buen día, perdón por la tardanza—me disculpé, avergonzada.

Mags palmeo la silla vacía que estaba a su lado, a lo que acepte y fui a sentarme. Tomé una tostada y comencé a colocarle  mermelada encima. Todos estaban en silencio, era muy incómodo, hasta que Finnick habló.

—Come rápido, llegarán tarde al entrenamiento—ordenó Finnick, serio.—Y limpiate la baba que tienes.

Asentí detenidamente y miré a Steven que ya había terminado su desayuno. Si quería que estuviéramos a horario, eso es lo que íbamos a hacer. No quería a más gente de mal humor.

—Luego tendré tiempo para desayunar, Vamos.—decidi

Seguimos a un Avox que nos guió hacia el centro en donde íbamos a entrenar estas últimas semanas, junto con los demás tributos. Los que posiblemente nos traten de cortar la cabeza y el resto de nuestro cuerpo.
Entramos en el momento exacto en donde uno de los entrenadores llamaba a todos los tributos.

Rápidamente nos acercamos.

—En dos semanas, 23 de ustedes estarán muertos. Y uno quedará con vida. Quién sea, depende de la atención que presten en los próximos cuatro días. Especialmente en lo que les estoy por decir. Primero, no
peleen con otros tributos. Tendrán bastante tiempo para eso en la arena. Hay cuatro ejercicios obligatorios, el resto será entrenamiento individual. Les aconsejo que no ignoren sus habilidades de supervivencia. Todos quieren tener la espada, pero la mayoría morirá de causas naturales. El 10% por infecciones, el 20% por deshidratación. El desabrigo los matará tan fácil como una daga al corazón.

Luego de escuchar todos los consejos que nos daba la mujer, los tributos comenzaron a ir a distintas partes del centro de entrenamiento. Había muchas estaciones, yo probaría en cada una aunque ya presentía como me iba a ir. Con Steven decidimos ir primero a la parte de supervivencia. Algunas cosas eran como  camuflaje, nudos, conocimiento sobre plantas, fuego, armar anzuelos, trampas, etc...

—Iré a la parte obstáculos, ¿Vienes?—preguntó

—Lo intentaré, aunque no sé si saldrá algo bueno de ahí. Tú eres el experto.

Caminamos a la zona de obstáculos. Él se acercó a uno de los más pequeños y me miró.

—Te puedo enseñar si quieres, no es tan difícil como parece. Solo debes fijarte en donde pisas y tener un poco de precisión.

Negué con mi cabeza y sonreí.

—Creo que volveré a la parte de las plantas, luego vengo para aquí.

En cuanto me di la vuelta; mi cuerpo chocó con la chica del distrito uno, ella levantó una de sus cejas y sonrío. Con ese gesto ya me intimidaba un poco, aquí no éramos humanos. Todos se miraban como si fueran animales; como si al mirarte saciaran la necesidad de sangre, como si estuvieran eligiendo a su presa.

—Miren a la muñequita del cuatro, tiene miedo de romperse una uña—rió—Que tal nena, ¿Necesitas aprender lo básico para sobrevivir? Tal vez me equivoque y tienes miedo, pero—se acercó a mi oído y susurró—Yo puedo guardar tu secreto, soy muy buena en eso.

—Prefiero ir a aprender eso, tú también lo deberías hacer. Es más probable que mueras envenenada o deshidratada—me atreví a decir, aunque en el trayecto tartamudeé.

Su semblante se volvió serio.

—Vamos a ver que tan valiente es la pesquera. Allá hay un lugar para poder pelear, estoy segura de que todos queremos ver que tan buena eres en todo esto—soltó, burlona.—¿Quieres esperar al baño de sangre cuatro? ¿O tienes miedo?

Por un momento lo dudé, Finnick nos había dicho que no mostremos nada de lo que sabemos. Pero, yo lo sabía nada. Lo único que sabía era que me ganaría, era una profesional. Pero al ver a todos observándonos se me hizo imposible no rechazar la oferta.

Definitivamente está era la primera candidata que querrá cortar mi cabeza en la arena.

—Acepto.

Holi otra vez
💖

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Where stories live. Discover now