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DEAD

Mi cuerpo yacía al lado del cadáver del reciente fallecido

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Mi cuerpo yacía al lado del cadáver del reciente fallecido. Mis manos estaban cubiertas de sangre, y ni hablar de mi cara. Por un momento, pude sentir el sabor de mental en mi boca. Me causo asco, pero no al hecho de tener nauseas, era mínimamente soportable. Esta vez no me sentía culpable, me sentía raramente conforme con el final de este chico. En otra ocasión estaría llorando un mar de lágrimas. Pero no, Maxwell me engañó, y también trato de asesinarme. Fue una lucha muy peleada, ambos estuvimos a punto de ganar. Tal vez aún estaba un cegada, porque quería venganza, aún sentía que necesitaba sangre derramada sobre esta arena. Necesitaba hacer justicia, por quién se preguntaran, la respuesta es: todos. No voy a parar hasta ganar, no tengo idea de cuánto tributos quedan, ni me importa. Lo único que se es que ya nadie se pondrá en mi camino, en mi meta de convertirme, de una maldita vez, en la vencedora de los putos sexagésimos juegos del hambre, de la muerte, como más les guste.

Con todas estas emociones que estaban a flote sentía que la pequeña niña asustadiza y tonta había desaparecido, me sentía algo grande. Que a los minutos supe que era ni más que menos el efecto de la adrenalina, ya que el dolor comenzó a invadir cualquier parte de mi cuerpo, hasta el punto que comencé a jadear y llorar en voz baja.

A la fuerza intenté levantarme, pero no pude. Cada parte de mi cuerpo dolía, y muchísimo. En menos de segundos mi grandeza había acabado, y la realidad me había pegado una bofetada. Haciéndome sentir demasiado mal, ahora si, me sentía una asesina sin piedad. Y eso ya me cansaba, lo único que quería era largarme de aquí, viva o muerta. Ese era el verdadero sentimiento que se escondía.
Algunos, seguramente, estarían disfrutando de esto; una simple chica, adentro de una arena, intentando sobrevivir-.pese a todos los inconvenientes impuestos en el camino.-. Ya me consideraba una vencedora, porque soy una simple adolescente de diecisiete años que mató para sobrevivir, y que ahora, está más sola que nunca. En plena oscuridad sin nada con que protegerse. Solo con un estúpido cuchillo manchado con sangre de inocentes, y una hacha que no le pertenece en lo absoluto. Solo estoy manchada con sangre-.literalmente.-juvenil e inocente. Y es así, todos los que no entrábamos a la arena como voluntarios éramos eso: Inocentes. Inocentes porque éramos obligados a matarnos unos contra otros, a pretender algo que no éramos para darle un buen show a los demás. Era una injusticia el solo de hecho de reprimirnos, de hacer elegir a dos personas para que, básicamente, vayan a la guerra. O a su muerte como otros también asimilan.

Aunque quería hacer justicia, también quería tener paz, interior tanto como mental. Y si yo ganaba estos juegos no lograría eso. Esta etapa me perseguiría por el resto de toda mi vida, ¿Qué sentido tenía vivir en pesadilla? . Una vez que te subes a este tren, ya nunca podrás bajar, porque si te bajas; lo tendrás que hacerlo con el tren en movimiento. Es una expresión que entendí al poco tiempo de entrar a todo este ambiente de los juegos. También te puedas dar cuenta desde todos los tratos y manías que te dan aquí adentro.

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora