2

8.4K 791 116
                                    

STUPID PARADE.

Luego de eso, me quedé callada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de eso, me quedé callada. Al igual que él, ese ambiente se mantuvo hasta que miles de gritos se oyeron. Debo admitir que me asusté, pero luego vi que eran Mags y Kenny. Ambas me abrazaron, al igual que yo. Por suerte, no preguntaron ninguna cosa. Solo se quedaron con el momento, y eso nos bastaba.
También estaba Annie, ella me saludo pero muy por lo bajo. Estaba temblado, así que Mags se la tuvo que llevar a otro compartimento. Y así, me dejó sola con Finnick y Kenny. La anterior mencionada, luego de un tiempo, también se retiró. Dejándome, una vez más, sola con el rubio de los hermosos y destacantes ojos verdes mar.
No quería que estemos mal, no por mi. Pero él, debía entender que no quería que arriesgara su vida por mí. En estos juegos, somos todos contra todos. Pero yo no quiero pertenecer a ese grupo, si puedo, haré lo posible para proteger a todos los que apreció. Desde la personas más mínima hasta la más importante, no importa quién. Si movíamos muy bien las fichas, tal vez, podríamos salir de esta situación de mierda.
En el poco tiempo que nos quedaba por llegar al Capitolio, hablamos de muchas cosas. Le pedí que él hablará, yo ya lo había hecho mucho. Finnick me hizo caso, y me resumió todo lo qué pasó en estos años. Desde su romance con Annie; que terminó porque ella se volvió muy agresiva. Y él, no podía sopórtalo más. Hasta los hechos del año anterior; los cuales todo Panem sabía. Los trágicos amantes del doce, y obviamente, todo su show. Si yo debía ser jueza de este reality show, les daría un menos uno. No me creería su jueguito de enamorados, se podía ver en los ojos de Katniss la indiferencia hacia Peeta Mellark. Pero bueno, al fin y al cabo, ese romance ya no importa. Lo único que nos debemos centrar, es en tratar de sobrevivir este vasallaje, y para eso, nos pusimos a analizar quiénes habían salido cosechado, o en el otro extremo, los estúpidos que se ofrecieron como voluntarios.
Para el distrito uno, fueron los gloriosos hermanos Gummer. Me caían muy bien, pero eran profesionales, y no confiaba en ellos. Así que los descartaba como aliados, al igual que los del dos. Nunca confiaría mi vida en Enobaria y Brutus. Además, tan solo su presencia me atemorizaba un montón.
Para hacerlo corto, los demás tributos no los conocía así que tampoco confiaría en ellos. Las únicas opciones que me quedaban eran los del siete, ocho y tres. Habían muchas opciones, solo había que elegir la adecuada.

La llegada al Capitolio fue muy abrumadora, cómo siempre lo era. Miles de preguntas me bombardearon en cuanto nos vieron, pero en particular, fueron dirigidas hacia mí. También hubo mucho llanto, sonrisas y flores. Por supuesto, nosotros no dijimos nada de lo que estábamos pensado en ese momento. Les agradecimos, y sonreímos, como unos obedientes robots andantes.
No tardamos tanto en llegar a la sala de preparación, al poner un pie ahí, un hombre se nos acercó. Tenía una barba color fucsia, y su traje era color dorado, su nombre era: Ackley. Me llamó la atención, y causó dudas que las gemelas no nos recibieran. Pero luego, el rubio me explicó que ellas habían renunciado. Algo que se me hizo muy raro, ya que ellas amaban la industria de textil. También, debo admitir que muchas situaciones malas comenzaron a proyectarse en mi cabeza. Desde que las mataron hasta que, posiblemente, las convirtieran en Avox. Y eso, me hacía estremecer, eso era horrible. Cualquier método de tortura era doloroso, e imaginarlas pasar eso, me hacía estremecer.

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora