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PAYLOR

—¿Cómo es que no me llamaste?

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—¿Cómo es que no me llamaste?

Después de pensármela varios minutos, decidí la primera opción: acompañarla. Si matabas a Snow esto se tendría, o es lo que yo quiero pensar. Luego tendré tiempo para desaparecer de este lugar, comenzar una nueva vida. Pero ahora no puedo dejar sola a Katniss, ella estará acompañada. Se que ya no debo cuidarla, el trato con Coin se rompió hace mucho pero esta va más allá de eso. Ambas queremos lo mismo, y juntas lograremos acabar con todo esto.

Una sonrisa se dibujó en la cara de Katniss, no tuve que decir nada más. Las dos nos escabullimos entre todos los armamentos que había ahí. Por poco un soldado nos encuentra, pero por suerte siguió su camino en línea recta. Como el tiempo estaba corriendo, no tuvimos que esperar mucho al aerodeslizador. Cuando vimos que ya estaba cerrando sus puertas, nos adentramos rápidamente. Todo estaba lleno de cajones, así que no se nos hizo tan difícil escondernos. Según lo que me había Katniss eran cajas de suministros que llevarían al distrito dos.

—¿Cómo lo soportas?—preguntó en un susurro

—¿Soportar qué?

Ella acomodó su cuerpo en una de las cajas.

—Todo, esto es mucho. ¿Cómo haces para seguir de pie?

—Simplemente no lo hago—admiti—Hay un momento en el cual explotas...

—¿Sabes? Sigo pensando que tú debiste ser el sinsajo. Eres valiente, fuerte—iba a continuar, pero la paré

—Tú también lo eres, Katniss. Eres lo más fuerte que tiene esta rebelión, tú avivaste todo esto. Hiciste que la gente tenga esperanza.

Ella se quedó en silencio.

—Hay mucha gente involucrada en esto, pero aveces no es la indicada—murmuré

Katniss agachó su cabeza.

—Como Coin, ella busca igualdad. Pero estoy segura que si cae Snow, ella será la primera en subir al mando.

—Nada está salvo si Snow está vivo—habló, mirando directo a mis ojos

Después de eso ambas nos quedamos en silencio. Habremos tardado casi media hora en llegar al distrito uno. El aerodeslizador en segundos aterrizó, y comenzó a abrir sus compuertas. Rápidamente, me levanté del suelo, y la miré. Era hora de salir, debíamos ser muy discretas. Aunque lo malo era que tampoco sabíamos si este era un lugar seguro. Tal vez no mandaron a otra parte.

—Yo bajaré primero, cuando te haga una señal puedes bajar.

Cuando mis pies tocaron el estacionamiento, comencé a caminar hacia afuera del aerodeslizador. Trataría de no llamar tanto la atención pero estar vestida de pies a cabeza de negro era un poco destacable.

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Where stories live. Discover now