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THE RESULTS

Estábamos en una diminuta sala blanca, junto a los otros tributos restantes que les faltaba hacer su prueba

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Estábamos en una diminuta sala blanca, junto a los otros tributos restantes que les faltaba hacer su prueba. Debía ser sincera, estaba muy nerviosa por esta evaluación, no sabía cómo me iban a salir las cosas. En los entrenamientos no acertaba del todo, fallaba en la mayoría. Así que el destino deparará mi futuro de ahora en adelante; puede ser victorioso o para mi mala suerte horripilante.

El tiempo se pasó muy rápido, ya iban por el chico del tres así que no faltaba tanto para nuestro turno. En cuanto el del tres salió, Steven me habló casi en un murmuro.

—Recuerda lo que nos dijo Finnick. Sé que te irá bien porque confío en ti...Debemos enfocarnos en dar lo mejor de nosotros ahí adentró—me recordó

Lea Sprintkount, Distrito cuatro.

En cuanto la voz mecánica resonó en toda la habitación supe que era mi turno. Ansiosa, me levanté de mi asiento. Le di una última mirada a Steven y entré a la sala de evaluación. Adentro habían distintos tipos de circuitos, armas y muchísimas cosas que no sabía para qué diablos servían. Creo que tendría que haber prestado más atención en las charlas de entrenamiento, aunque fueron muy pocas. Y por último cabe mencionar que estaban los vigilantes, que eran las personas que nos evaluarían. Algunos me prestaron atención desde que entré a la sala, pero otros solo hablaban entre ellos, ni se dieron cuenta de mi presencia ahí adentro.

Con pasos decididos me acerqué a la zona de cuchillos. Tomé uno y lo coloqué en mi mano, visualicé en donde quería que diera y lo tiré sin pensarlo mucho. El cuchillo no dio exactamente donde yo quería, lo que me hizo angustiarme un poco. Asustada, por el error que había cometido, giré lentamente para observar a los vigilantes que reían mientras se amontonaban en grupos pequeños.

Un poco cabreada me acerqué a tomar otra tanda de cuchillos. Como antes, repetí la misma acción de lanzarlos, y para mi suerte la mayoría dio en el centro del maniquí. Una vez que terminé, me alejé de donde estaba. Pero, antes de salir les di una última mirada.

Ya no había caso, me habían ignorado. Así que tendría que mentalizarme de que conseguiría una mala nota, la más baja en toda la historia de Panem, de los juegos del hambre.

Tuve que regresar a nuestro piso al ver que no me permitían esperar que mi compañero salga de su evaluación individual. Los agentes de la Paz se ponían muy fácilmente de mal humor, ya parecían Kenny.

—¿Cómo te fue? ¿Steven aún sigue adentro? ¿Qué les mostraste?¿Han dicho algo?

Finnick al verme, comenzó a inundarme de preguntas. Él últimamente me preguntaba muchas cosas, pero era su trabajo, el trabajo de un mentor profesional.

—No sé si me fue bien, primero me equivoqué en darle a un maniquí. Luego lo volví a intentar con otros tres, me salieron perfectamente. Pero ellos nunca observaron—me sinceré

Suspiré, y me acerqué a tomar una de las galletas que estaba arriba de la mesa. La comida de este lugar era riquísima, y las cosas dulces las comería por el resto de mi vida.

Ambos nos quedamos en silencio por varios minutos, hasta que las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a Steven con una sonrisa. Siempre estaba tan feliz, debía aprender más de él. Casi todo lo que me pesaba lo tomaba mal, era una desgracia para mí estar aquí, bueno, para casi todos.

—Creo que me fue bastante bien, utilicé un poco de todo—contestó, alegre.

—¿A ti cómo te fue? vi tus cuchillos en los maniquíes. Estaban todos en el centro.

—Creo que bien—murmuré, desganada

Me encogí de hombros, y por el rabillo de mis ojos vi como Finnick se levantaba rápidamente del sillón. Parecía entusiasmado, mucho.

—Debemos brindar por nuestros tributos—Mags inmediatamente se acercó a él y colocó su mano en el pecho de Finnick—.Mejor...esperemos los resultados de la noche—soltó, al ver la cara que tenía la mayor

Luego de eso, me fui a mi habitación. No tenía nada que hacer, así que la mejor decisión que tuve fue ir a descansar. Además, de que en los próximos días no lo podría hacer tan tranquila.

Sentí que una mano zarandeó mi cuerpo, haciéndome despertar. Iba a reprochar, pero en cambio giré mi cuerpo y encontré a Steven con un vaso de palomitas en su mano.

—Están a punto de dar los puntajes. Ven.

Al escuchar eso, me levanté y lo seguí hacia donde estaban todos. Ahí se encontraban: Finnick, Mags, nuestros estilistas y Kenny. En la pantalla estaba Caesar Flickerman con unas hojas en mano. El señor Flickerman comenzó con la puntuación de los chicos del uno, y ya cuando estaba por la del dos mis nervios comenzaron a florecer a piel.

—Del distrito siete, Lea, con una puntuación de ocho. Del distrito cuatro, Steven, con una puntuación de..once

Ahí fue cuando los gritos de alegría y festejo habían sido más elevados. ¿Cómo era que me había sacado un siete? Fue la primera pregunta que invadió mi cabeza, porque ellos me habían ignorado y cuando logré hacerlo ya era muy tarde para mi suerte.

—Brindemos por los chicos del cuatro—exclamó feliz una de nuestras estilistas.

Todos levantaron sus copas y brindaron.

Los felicitó, chicos, nunca antes habíamos conseguido una puntuación tan alta —Kenny nos abrazó lo más fuerte posible, podría haberme quedado sin aire en ese momento.

Sabía que se refería a Steven, pero, el momento era bonito.

Los festejos duraron unas horas más, hasta que fuimos obligados por nuestras estilistas a ir a descansar. Mañana era la entrevista y ellas no querían ningún rastro de imperfección en nuestras caras, debían estar perfectas.

 Mañana era la entrevista y ellas no querían ningún rastro de imperfección en nuestras caras, debían estar perfectas

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Gracias por las cincuenta lecturas 💖

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora