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MAGS

Boggs le entregó a la teniente una caja negra, ella la abrió y sacó pequeñas cápsulas

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Boggs le entregó a la teniente una caja negra, ella la abrió y sacó pequeñas cápsulas. Las observó por unos segundos y luego procedió a darle una a cada uno. Cuando me tocó la mía, la observé detenidamente. Era un pequeño frasquito de color negro. Parecía tan pequeño e inofensivo, pero esta cosa era mortal. Te mataría en menos de segundos. Y lo bueno es que, supuestamente, la muerte no sería dolorosa. Una vez que la teniente terminó de entregarlas, guarde la mía en mi bolsillo.

—Ya les hablé de las vainas, les recuerdo que las hay en cada cuadra. Pero nuestra unidad cuenta con un holo—lo levantó, era como una caja negra—El dispositivo contiene un detallado mapa del Capitolio, y una lista de todas las vainas. Esas vainas puedes contener desde bombas a trampas, a mutos. No daremos un paso sin este dispositivo, no hay garantía de que tengamos todos los datos, pueden haber colocado vainas nuevas. No queremos que los vigilantes sepan que tenemos esto, así que tiene una salvaguarda. Con este interruptor, y repitiendo jaula de noche tres veces volará todo en pedazos, en un radio de cinco metros. Deben permanecer con la unidad—pidió—incluso con el holo, seguramente existen nuevas vainas. Y lo que contengan, es para matarnos...

Finnick asomó su cuerpo hacia mi

—Damas y cabellos, los septuagésimos sextos juegos del hambre.

Después de que nos dieran las últimas indicaciones, partimos hacia el Capitolio. Íbamos a paso rápido, por lo que no tardamos tanto en llegar al centro. Lo único que era agotador era el tema del holo. Cada cinco pasos tenían que verificar que nada esté cerca. Ya que los vigilantes se habían encargado de hacernos las cosas un poco difíciles, como de costumbre.

Las vainas pocas veces estaban puestas a metros de diferencia, impidiéndonos el paso. Boggs era el que iba adelante de todos, junto a la teniente y los demás soldados íbamos atrás. En específico, Steven estaba a mi izquierda y Finnick a mi derecha. Habíamos roto un poco eso de ir en línea recta y separados.

—¿Cómo supieron que estaba aquí?

—Hay cámaras—contestó Gray, mirando hacia el frente

El pequeño pitido del holo nos hizo parar a todos. Una vaina estaba cerca de aquí.

—Hay una vaina—informó Boggs—Cúbranse.

Todos fuimos a escondernos detrás de unas colinas. Nos separamos en dos pequeños grupos. Una vez que estuvimos listos, Katniss se levantó. Colocó una de las flechas en su arco y esperó a que le den una señal.

—Dispara por esos edificios—señaló Boggs

—Pollux, desde aquí, Castor allá—les indicó Cressida

No veía la necesidad de que nos estuvieran grabando cada paso que dábamos. Estábamos tratando de llegar a la mansión de Snow, no todo tendría que ser televisado. Al contrario, nos podían poner en peligro, porque ellos sabrían en dónde nos encontrábamos en este mismo momento.

𝐃𝐄𝐑𝐈𝐕𝐄| 𝐅𝐢𝐧𝐧𝐢𝐜𝐤 𝐎𝐝𝐚𝐢𝐫Where stories live. Discover now