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El día tan ansiado, y temido por muchos, había llegado. La selección de los tributos ya se había llevado a cabo hoy en la tarde. Los chicos cosechados fueron: Lena Fallen y Jason Peppot. La chica fue la que se ofreció como voluntaria, ¿Por qué? aún no terminaba de entenderlo. Ellos creían que se convertirían en héroes por hacerlo. Pero lo que no entendían era que no siempre se puede ser el héroe de tu propia historia, a veces, debemos ser el villano. Debo admitir que este día removió muchos sentimientos, y heridas, que aún no podía hacer que cicatricen. Gracias al cielo, estaba acompañada de Margaret. La mujer más buena y tierna de todo el mundo mundial. Si no fuera por ella, no sé qué sería de mí en estos momentos. Bueno, no solo ella, Johanna y Finnick. A la chica la había conocido hace poco tiempo, pero hizo que realmente la quiera. Había pasado unos días con nosotras, su carácter era muy raro, pero era muy buena. Temía que ella fuera cosechada este año, aún estaba en edad.
En este momento, estábamos esperando a los nuevos tributos. Kenny me había explicado un poco de las cosas que debía hacer. Me sentía nerviosa, todo esto era nuevo para mí. Aún no puedo creer que hace un año yo estaba de este lado. Parece que el tiempo pasa corriendo sin que te des cuenta de ello.
Para este día había elegido un atuendo elegante pero formal, tampoco quería parecer cualquier cosa ante ellos. Quería parecer, y demostrar que sería una buena mentora. Ya que, tendría que ocuparme de la mayoría de las cosas. Mags ya no podía ejercer este cargo, ella contaba como una acompañante más.
Al escuchar a Kenny, supe que era nuestro momento. Ambas nos levantamos, y cruzamos varias compuertas hasta llegar a la que estaban los chicos. En cuanto pudieron verme, les sonreí.
—Hola, bienvenidos...—aunque quise que mi tono sea seguro, no lo era— Margaret Flanagan y yo soy...—no pude seguir hablando, la chica me interrumpió
—Sabemos quien eres, ganaste los anteriores juegos—dijo, rodando sutilmente sus ojos
Bueno, solo intentaba ser un poco formal.
—Bueno, entonces, como ya nos conocen. Comencemos a hablar sobre todo lo que tienen que saber, ¿Alguno tiene una duda?—pregunte, tratando de memorizar el discurso que había aprendido
—Sí, ¿El capitolio es tan lujoso cómo hablan? ¿Es verdad que te bañan en oro? Porque me encantaría que me bañen en oro—me respondió la chica, sonriente—Y también...¿Si finjo pena como tú, tendré patrocinadores?
Sus respuestas me desconcentraron. Solo trataba de ayudarla, y que sobreviva a los juegos si era posible. Su actitud ya no me estaba gustado tanto, aunque, trataría de no pensar nada en eso. El objetivo es que uno de los regrese a casa, no voy a decir sano y salvo porque no se puede. Solo que regresen.
—Bueno, lo primero sí. Y lo segundo...nunca me bañaron en oro—admití, tomado asiento junto a ellos. A lo que Mags, me imitó
—Bueno, no importa. ¿Cómo hago para sobrevivir?—soltó, mientras miraba sus uñas
